Del 2008 hasta aquí, cinco largos años han pasado por este
blog. En ellos, muchos y diversos acontecimientos han sucedido en el mundo, en ‘La
mirada de cristal’ e incluso a una servidora. Pero aunque a momentos haya sido…
o sea… a trancas y barrancas, aquí seguimos todos.
De la actualidad que nos ha tocado vivir, con mayor o menor fortuna, he ido dando razón
puntualmente en alguna entrada. Un repaso somero de las mismas, daría como
resultado una visión personal más bien
triste o demasiado visceral, pero es que no son motivos lo que falta, para que
nos hiervan las meninges de indignación, hasta de rabia. En todo caso, la
situación actual, no da para mejorar ni siquiera un gramo mi natural
escepticismo. De hecho, estoy segura, de
que de alguna forma en estos últimos días, los malhadados sucesos ocurridos en
mi querido terruño, nos mantienen a
todos, un poco de luto.
Pero nunca ha sido este espacio, una bitácora dedicada a la
actualidad política o social. Aquí, la mayor parte de las veces se ha tocado y
se toca en otro ritmo. Una cadencia que ha sufrido el lógico desgaste de los
años y también los vaivenes de las modas virtuales. Medios como Facebook o
Twitter, de una inmediatez y cercanía mucho más palpables, han restado lo suyo
a esta especie de cuadernos, quizás más profundos pero a la vez mucho más distantes. De que el fenómeno
blogger está a la baja, dan testimonio entre otros, mi modesto blogroll, lleno de
cierres y abandonos… lo que ha ido repercutiendo poco a poco en un acusado
descenso de comentarios. Y si a ello le sumo, que son muy pocas ya, las veces
que visito nuevos lugares... el resultado es el que es. Pero aún así, me
satisface comprobar que las escasas nuevas incorporaciones siguen siendo tan ‘de
luxe’, como las más veteranas de este espacio.
Sobre esa disminución diré, que habida cuenta de que en su día decidí contestar a todos cuantos
tuvieseis a bien regalarme vuestras palabras, por momentos, esa merma de
apostillas, más que onerosa, ha representado una cierta liviandad en el tiempo dedicado a tal
menester y me ha permitido contestaros ‘mejor y más rápido’ a los que aún me
resistís. Lo que no es óbice, para que
siga echando de menos a muchos de cuantos han sido parte activa y habitual de
La mirada de cristal. Tanto es así, que a la mayoría, a pesar de haber
desaparecido de sus espacios tiempo ha, les sigo manteniendo entre mis enlaces.
Y aunque algunos de esos ‘desaparecidos’ hayáis pasado a mi cotidianidad a
través de otros medios más personales, incluyendo en ellos, la desvirtualización,
no dejo de considerar una pérdida esas otras ausencias de los que volaron un
día sin más.
Asimismo, quiero añadir, que escribir como pasatiempo o como
necesidad vital, ambas cosas se integran y se confunden la una en la otra. En mi caso, y estoy segura de que
también en el de muchos otros,
representa una evidente y valiosa –construcción- de ese ‘yo’ que tantas veces
nos negamos… ¿o nos es negado…? en la realidad ordinaria que nos concierne. Porque más allá de la calidad, la
creación... y escribir está en esa categoría, nos sitúa en una zona ‘fuera de límites’ que nos ayuda,
incluso obliga… a conocer y profundizar en nuestra auténtica naturaleza, reforzando
y enriqueciendo nuestra libertad y autoestima para acceder a otras realidades
posibles de nuestros itinerarios vitales. En todo caso, siempre, toda una
revelación a la que vosotros no sois ajenos.
Por todo ello y mucho más, desde aquí, aprovecho este quinto
aniversario, para daros de nuevo las gracias más sinceras, absolutamente a todos por el regalo de vuestra presencia.