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“La probabilidad mide un estado subjetivo de conocimiento
insuficiente”
Karl Popper.
Apagar la tv. Salir de las redes sociales, olvidar la prensa que parece imprescindible estos días… las bitácoras políticas, que arden de santa indignación, sin importar el
sentido o el matiz que las distinga. Hoy,
ahora, aquí… suena el Beethoven más dulce,
pero aunque lo intento, no consigo concentrarme como debiera en la lectura del
Post Scriptum de Popper. Sólo una frase
de ese tomo, la que encabeza este escrito, baila en mi mente. Pero aún
desconozco porqué. Tampoco lo consigo en los blogs afines… ni en nada...
Esta tarde he abierto un mail, en el que un amable seguidor
al que apenas conozco, entre otros asuntos, me inquiere por mi tardanza en renovar mis
entradas del blog en estos últimos tiempos… Y he pensado que quizás esta noche,
encontraría el momento de hacerlo. Pero
es otro de esos días, en que ante la pantalla en blanco, me planteo el
sentido de mantener un espacio como este,
concebido sólo como entertaiment o para solaz propio.
Me pregunto sinceramente ¿a quién va interesarle como llueve
en mi jardín, mis cambios de humor… o la
discutible descripción de una profana, sobre la última partícula descubierta?
por mejor intención que lleve. Cuando tengo
no sólo la sensación, sino la certeza, de que el mundo que conozco y por el que
tanto hemos luchado, se está cayendo a pedazos delante de nuestras narices. Siento
que lo social, ha comenzado a primar
sobre lo privado. Y pesa mucho más. Como si de alguna forma, en este momento,
lo que yo pueda escribir, tuviese aún mucho menos interés del que ya tiene de
per se. Cualquier tema que aborde, me
resulta frívolo, banal… sin valor. Es todo tan convulso, tan extraño… ¿no os
pasa alguna vez que os sentís ajenos a todo lo que hacéis? Y aunque mis
vísceras, puedan hacerme participar en debates “sociales” en algún espacio afín o escribir puntualmente sobre ello,
para nada es mi deseo que esos temas formen parte habitual de esta bitácora.
Ergo, está jodido lo de renovar.
Un blog, puede ser muchas cosas… desde una necesidad
perentoria de escribir o una muestra de manifestación artística a una
búsqueda de salirnos de nuestras rutinas
cotidianas… hasta una descarga emocional inconsciente… Incluso todo eso a la vez. Pero en la razón última
de todos ellos, está la intención de expresarse, de llegar al “otro”. Y cuando
por el motivo que sea, falla ese ánimo o se cree que ese postrer fin, es
inalcanzable… las publicaciones se
espacian sine die.
Estoy segura de que, muchos, me estáis entendiendo. Y espero
que a mi amable lector, estas líneas, le valgan como sencilla explicación del
porqué esas ausencias algo más prolongadas.
Un abrazo a todos.