miércoles, 31 de diciembre de 2008

Breves comidas de olla y Feliz 2009


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Alguien me ha preguntado hoy, que criterio seguía para seleccionar el tema de las entradas. Y después de pensarlo un rato me he dado cuenta de lo siguiente:
Muchas veces, antes de colgar un texto, me entran las dudas filosóficas de last moment. Empiezo a darle vueltas al asunto, y pienso que cualquier reflexión que yo pueda hacer, sobre cualesquiera el tema, no va a tener demasiado interés para el que lo lea. Como mucho, puede ser un punto de vista más. Me refiero a que no voy a descubrir la sopa de ajo ¡vaya!. Me digo, y sé cierto, que en este mundo virtual o en cualquier otro, siempre habrá, quien vaya más allá, mas a fondo, seguramente con más tino y antes que una servidora.
De verdad lo creo.
Tengo sólo un par de máximas, pero que me hacen descartar cantidad de textos. No ser pesimista, aunque se me escape por las rendijas, que una sabe de sus tendencias y tal. Y no personalizar en exceso. Eso, hace que muchas veces, a última hora, rechace lo que ya tenía preparado para publicar y me refugie en descripciones, que me atañen, pero no me comprometen. O en autores, que me conciernen por coincidencia en las emociones, aunque el hecho en sí, no me afecte directamente. Y si lo hace, intento que sea en un sentido positivo. Que la vida da para todo, malo y bueno. Pero siempre se me ocurre que quizás, a veces, aburro un pelín en un más de lo mismo.
Desde aquí mi admiración a todos los que sois capaces de hablar de vuestros sentimientos sin complejos. Porque siempre interesa y empatiza más, el hecho que le sucede a alguien en concreto, que abordar ese mismo tema en general. Algo, que algunos de vosotros dominais de vicio. Sobretodo los poetas, sin menoscabo de los prosistas que los hay más que excelentes. Pero la poesía tiene una innegable dificultad añadida ¿verdad?.
Pero está claro, que con o sin dudas e indecisiones varias, los que abrimos un espacio de estas características, una de las cosas que buscamos, además de verter nuestros pensamientos y sentires en estas bitácoras, es transcender del anonimato nuestras letras. Y cada día al abrir el blog y encontrarnos que nuestra semilla sembrada ha dado sus frutos en forma de comentarios, a la mayoría, se nos dibuja una buena sonrisa de "ego" y también de agradecimiento impagable. Por lo menos a mí.
Anima saber, que poco o mucho, agrada y despierta interés nuestro punto de vista sobre lo que sea. Provocar y sentir empatía es siempre grato. A veces, sentir y dar un poco de felicidad no es difícil.
Por eso, hoy, quiero daros las gracias a todos los que me visitais, a menudo, siempre o muy de vez en cuando, por proporcionarme momentos tan placenteros, con vuestros posts y comentarios y desearos lo mejor para el año que entra. FELIZ 2009

lunes, 29 de diciembre de 2008

Del amor líquido y otras menudencias


La interrupción, la incoherencia, la sorpresa, son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes sólo se alimentan de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados.Ya no toleramos nada que dure.Ya no sabemos como hacer para que el aburrimiento de fruto.Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta :¿La mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?
Paul Valéry. Poeta y ensayista del XX
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Sygmunt Bauman. Sociólogo y ensayista de principios del XXI


Lo que en realidad nos gustaría - dice Bauman- es poner en cada relación un cartel, de que se trata de un compromiso hasta nuevo aviso. Cualquier alusión por leve que sea al compromiso, aterra y se toma como un atentado a la libertad individual. Cuando habla de sociedad o amor líquido, nos remite a la metáfora del líquido cuya característica definitoria es que fluyen y son incapaces de mantener su forma. Como el agua de un río, que siempre llevará agua pero nunca la misma ni en el mismo lugar...

Se trata el amor y la amistad como un producto más de la sociedad de consumo. Todo basado en la relación coste-beneficio conveniencia."La razón que promueve la civilización es la razón del auto-interés y de la búsqueda de la propia felicidad", a través de otros o a costa de ellos, sin importar la cantidad. Lo importante es la ausencia de compromiso y no ser un rehén del destino. Miedo a establecer relaciones duraderas. Sigue diciendo Bauman que todo está pensado para pasar de un deseo al otro, para apagar rápidamente los viejos y dejar sitio a otros nuevos. La divisa de la sociedad de consumo: "si no queda satisfecho le devolvemos su dinero" se ha convertido en el paradigma de toda relación.

Creemos-dice- que la capacidad amorosa crece con la experiencia acumulada, que el próximo amor será una experiencia aún más estimulante que la que se disfruta actualmente, aunque no tan emocionante como la que vendrá después de la próxima.Añade que, por un lado, en un ambiente líquido, necesitamos amigos más que en cualquier otro momento del pasado. Por otro, sin embargo, la amistad o el amor es un baile a dos y requiere de un compromiso firme y permanente, que casi nadie está dispuesto a asumir hasta el final, porque nos puede atar de manos en caso de que la situación cambie y aparezcan nuevas oportunidades más atractivas o con más prestaciones. Aparece entonces el miedo "liquido" off course! a que esas oportunidades sean peores que las que hemos abandonado... en una espiral que en nada favorece a que florezcan las amistades o el amor...

Ninguna clase de conexión que pueda llenar el vacío dejado por los antiguos vínculos ausentes tiene garantía de duración. Es más, esa conexión, no debría estar bien "anudada", para que sea posible desanudarla rápidamente cuando las condiciones cambien...

Y así sucesivamente... y la verdad es que lo "ha clavao"

Moraleja: ¡Pues si que estamos apañaos! (que ya me estaba poniendo mu tremenda)

A pesar de todo, el hombre se confiesa optimista... no sé yo... dice que en el pasado ha habido muchos y graves problemas sociológicos a los que la humanidad ha sido capaz de dar solución y que cree y espera que ahora también lo haremos. Pero mientras tanto... ¿cuantas ahogados habrá en tanto líquido?




domingo, 21 de diciembre de 2008

Caminando sobre la infancia


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- Para "Soportándome", que preguntó -
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"La infancia, no se recupera. Se conserva". (Ana María Matute) 16/10/2012
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Erase una vez, una niña de aspecto frágil y mirada escrutadora, que indagaba en el entorno de su realidad con curiosidad insaciable. Tiempos azarosos la habían relegado a vivir en el oscuro internado de una pequeña capital de provincias. Todos los inviernos enfermaba debido a la fría humedad que reinaba en aquel vetusto y antigüo edificio, en el que las monjas se negaban a encender la calefacción por algún motivo que siempre se le escapó. Lo que añadido a una naturaleza delicada, provocaba que lo que en otro niño cualquiera eran unas sencillas anginas, se transformase en ella en una bronquitis complicada.

Era entonces, cuando el médico del colegio determinaba a menudo, la conveniencia de que la pequeña se trasladase a un ambiente más seco y soleado. Adoraba ese instante, que acostumbraba a esperar con los dedos cruzados. Ese diagnóstico, representaba abandonar su estado de prisionera y viajar con su tía-abuela a la que idolatraba, hacia la libertad y la magia. Una corriente mutua, que provocaba que ambas esperasen con impaciencia el momento de reunirse. La anciana, muy respetada por los lugareños, era una genuina Druida a la antigüa usanza, sabia en conjuros y remedios de hierbas. Ampliamente solicitada para curaciones, pero también para lecturas de runas y cartas, en las que era una auténtica experta Un contacto que resultaba benéfico para ambas, a la pequeña le daba seguridad y la anciana aliviaba su soledad.

Así que, en una bella y remota aldea de un valle perdido entre montañas, atravesado por un gran río en el que desembocaban infinidad de riachuelos de las diferentes parroquias que lo conformaban, ambas se acompañaban en un grato y deseado equilibrio. Al dúo, había que añadir a dos mastines y un perrillo bastardo, que ella había rescatado de las aguas de un arroyo cercano donde le habían abandonado con la intención de que se ahogase. Y que respondía, como no, al nombre de Moisés. Habitaban la vieja casa familiar, un recio caserón de granito dorado, un tanto destartalado casi a punto de entrar en ruinas, pero en el que nunca faltaba un buen fuego donde calentarse.

Vivir allí en época escolar implicaba una cierta soledad. Los pocos niños que había de forma permanente en la aldea, acudían a la escuela de una localidad cercana y no regresaban hasta bien entrada la tarde, evitándose así el doble viaje por los intransitables caminos de invierno. Pero eso nunca le importó a una solitaria de vocación, más bien al contrario, le permitía sumergirse durante horas en la lectura, en una pequeña pero jugosa y variopinta biblioteca que había en la casa. Un lugar encantado donde el sol entraba a raudales desde el alba hasta el anochecer y que su tía cuidadosa y sabedora de sus gustos, caldeaba con un buen fuego de chimenea.

Esa soledad y la crudeza del invierno norteño, la convirtieron para siempre en un ratón de biblioteca, pero hizo ahí grandes amigos, Perrault, Andersen, Steveson, Twain, H.G.Wells, Dickens, Dumas, Verne o Salgari, fueron compañeros inseparables en esos días que se sucedían sumergidos en aventuras sin fin. Una buena base para pasar poco a poco, sin dificultad alguna a lecturas de más enjundia. Moisés, sus sueños y ese séquito de literarios amigos la acompañaban la mayor parte de las veces, en sus largos paseos entre robles y castaños por los tupidos y hechiceros bosques cercanos, en donde cualquier cosa era posible.

Acostumbraba a despertarse con el tañido de las espadañas de alguna de las ermitas cercanas. Su primera sensación era olfatear el aroma de la pinaza y las vides quemando en el hogar, mientras su tía preparaba el desayuno. Aún a día de hoy, ese aroma familiar de la leña ardiendo, la devuelve siempre inevitablemente, a ese entrañable momento.

Convirtió en todo un ritual matutino, abrir la ventana de su habitación para otear el magnífico paisaje que acariciaba su retina y su cerebro desde esa atalaya privilegiada. Un auténtico placer, observar como el sol tímido de esas latitudes del Oeste, diluía lentamente las neblinas de primera hora, descubriendo poco a poco los vastos viñedos, lustrados por un baño de orvallo reciente que se extendían más allá del río, hasta el ferrocarril que discurría por el otro lado del valle. Justo en el medio, bordeando la poderosa corriente de agua, se mecían los altísimos chopos, que parecían esforzarse para alcanzar a las lejanas y viajeras nubes, trayendo rumores de agua cristalina y presurosa. Le daba seguridad, aún sin prestarle atención, percibir el murmullo cercano de la conversación de su tía con alguno de los escasos vecinos. Y a lo lejos, rodeando aquella clarísima olla volcaníca, el sky-line de montañas azules que aún hoy podría dibujar con los ojos cerrados.

Eran esos los momentos que se le hacían más presentes cuando pensaba en algo cercano a la felicidad. Sólo allí era capaz de abandonarse por completo y sin temor alguno... en una especie de arrobo casi místico, donde se daba una comunión perfecta con el medio que hacía desaparecer todo lo demás... Sólo ella y la naturaleza. Hubo veces en que llamarla por su nombre no era suficiente para devolverla al presente y la Druida debía tocarla en el hombro dulcemente para hacerla regresar de sus sueños. En ocasiones, se acomodaba con ella en el alféizar y durante unos minutos ambas se abstraían en completo silencio en la contemplación de aquel prodigioso entorno.

Nunca como allí, se sintió mas en casa. Incluso ahora tantos años después, sentía que pertenecía a ese lugar y a ese tiempo... en cuerpo y alma. Como si fuese un roble o un peñasco más de esa Geografía amada y grabada en sus pupilas para siempre.
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miércoles, 17 de diciembre de 2008

Sobre la Felicidad



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La felicidad nada tiene que ver con la ratio, ni con la moral, es por esencia algo mágico, perteneciente a una etapa humana ancestral, infantil.

La criatura feliz, regalada por las hadas, mimada por los dioses, no es un objeto para el análisis racional. Es un símbolo y está más allá de lo personal y lo histórico.

Hay con todo, personas privilegiadas cuya vida es inconcebible sin "felicidad", aunque esta sólo consista, en que entre ellas y sus tareas se da una perfecta armonización en lo histórico y lo biográfico, en no haber nacido pronto o demasiado tarde.


Hermann Hesse


Sobreañadido al hecho mismo de vivir, de poder seguir funcionando, lo que puede hacerse sin conciencia reflexiva, lo más que podemos obtener de la existencia es precisamente eso:

ganas de "decir sí".

Pero si entendemos un poco la entraña del deseo humano, nunca, cambiaremos la alegria por ningún otro don o conquista, pues cuanto apetecemos o arrebatamos, no nos motiva más que a fin de conseguir una experiencia de asentimiento a la vida.

Lo que Fausto decía anhelar, el "detente momento, eres tan hermoso", puede traducirse, por "ahora, sí".

La felicidad es un estado de afirmación vital, el placer es la sensación de esa afirmación y la alegría es el sentimiento de la afirmación.


Fernando Savater
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Asi pues, os deseo muchos momentos felices, siempre, y especialmente en estos días.

martes, 9 de diciembre de 2008

Cuento de Navidad Un café ¡venga!

                                      http://www.flickr.com/photos/jordasin/291308740/in/photostream
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Su esposo le pasó el diario abierto por el obituario.

- ¡Eh! ¿esta Marta no es tu amiga?

La esquela resaltada en negro, le escupió un Marta Navarro Peña que la sobrecogió.
“Sus apenados hijos, Ramón y Enma comunican..."

Sin duda era ella. Después de tanta búsqueda…al fin... lástima que fuera en esas circunstancias.
La reseña decía que se daba el duelo por recibido, sin facilitar  ninguna dirección mortuoria…
Durante un buen rato se quedó en suspenso sin saber que hacer. Pero al cabo de unas horas, decidió que haría una visita a alguien en honor de Marta. Aunque nunca se lo había dicho, le constaba que también se había hartado de buscarla sin resultado alguno. Merecía saberlo.

-Hola, Luis -saludó al entrar-

-¡Hombre, Esther! ¿cómo va todo?

Entre ellos había una curiosa familiaridad, aunque en realidad apenas se conocían. Un azar puro y duro había creado esa relación ocasional y siempre que se acercaba por allí, muy de vez en cuando, no podían dejar de acordarse de como se conocieron. No acostumbraban a hablar de ello, pero siempre que se veían, ese recuerdo flotaba en el ambiente. Hoy también.

Un par de años atrás, había entrado en esa chocolatería por casualidad cansada de cargar las bolsas. Le venía de paso y el frío en la calle era intenso esa mañana. Un calorcito agradable la confortó al entrar, permitiéndole sacarse el abrigo y los guantes. En la TV, los niños de San Ildefonso cantaban los números de la lotería de Navidad como si les fuera la vida en ello.
Se sentó en la única mesa libre, junto a la cristalera, le gustaba ver la calle abarrotada de gente, entrando y saliendo de las tiendas. Miró hacia la barra buscando con la vista al camarero y entonces la vio. Una “sin techo”, encaramada en el taburete del rincón, con sus infra pertenencias rodeándola la miraba atentamente. Pasando el rato, retardando el momento de salir de nuevo a la intemperie. No sería mucho mayor que ella.

Mientras se acababa de instalar, pensó brevemente en que no era extraño que se hubiera puesto al abrigo del frío y que tenía suerte de que la hubieran dejado entrar en el local. Menos mal. Intuyó que provenía del albergue para indigentes de dos calles más abajo.que debía estar a tope debido a la temperatura reinante. En ese barrio del casco antiguo, en pleno centro, no era extraño tropezarse con alguno.

Como buena urbanita curtida, en cuanto el camarero se acercó dejó de prestarle atención. Ordenó un chocolate con una ensaimada, mientras repasaba mentalmente la lista de regalos que tenía y los que le faltaban.
Desde que sus hijos habían crecido, cada año se le hacía más cansino todo ese montaje de regalos, comilonas, visitas obligadas y alegrías forzadas. Lo daba por otra de tantas batallas perdidas… Pasaba de tirarse el típico rollo “progre” de: “a mí, nunca me ha gustado la Navidad” aunque fuera bien cierto en su caso. Ni de niña. Y tenía claro, que había cosas que le gustaban muchísimo menos.

Siguiendo el curso de sus pensamientos, después de observar las bolsas, calculó que le faltaban tres regalos. Decidió que saliendo de allí se acercaría al Corte Inglés y lo dejaría solventado en un dos por tres. Sonrió para ella misma, sintiéndose un poco estúpida, por el cutre pareado que le acababa de salir. Sonó el móvil y mantuvo una breve conversación con su hermana, ultimando detalles de la cena de Nochebuena.

Mientras se ponía el abrigo y los guantes de nuevo, para abandonar el local, una ráfaga de viento helado se coló por la puerta, al tiempo que entraban dos críos con su madre. Sonrió otra vez con una cierta nostalgia, al oír como los amenazaba con suspender la entrega de la carta a Papá Noel si no dejaban de pelearse. Se sentaron justo enfrente de la vagabunda.

Por un momento, sus miradas volvieron a cruzarse. Y de pronto, como una revelación, algo le dijo que la mujer no había dejado de observarla. La vio saltar del taburete mucho más ágil de lo que nunca hubiera supuesto, avanzando hacia ella sonriendo. No miró hacia atrás, después de hacerlo disimuladamente a ambos lados, porque se sentía totalmente atrapada en aquella mirada…
Y también, porque en medio de ese súbito pasmo, un escalofrío de recuerdo se abría en su mente, al escuchar  como pronunciaba su nombre...

-Hola, Esther...

No salía de su asombro, no era posible…. Parecía… Pero...

- No te acordarás de mí… Soy Marta, Marta Navarro... del Instituto…. hicimos el Bachillerato y el COU juntas. Me sentaba justo detrás tuyo.

Inmersa en un considerable desconcierto, apenas acertó a balbucir en voz baja:

-Sí, sí, sé quien eres…discúlpame, no te había reconocido...

Aunque sus pensamientos se sucedían a toda velocidad, la sorpresa la mantenía paralizada. No se atrevía a preguntar ¿qué tal? o ¿Cómo te va todo? porque lo que de verdad pugnaba por salir de sus labios era un ¿pero qué te ha pasado? ¡así de grande!

En su porte y en sus ojos, aún se adivinaba un último rastro de dignidad, pero su cara reflejaba claramente las huellas y los estragos de años de alcohol y vida callejera. ¿Y qué se había hecho de aquella espléndida melena que la distinguía? ¡Por Dios...!

Ella, que siempre fue mucho más desenvuelta, la sacó del apuro.

-¡Cuánto tiempo! ¿verdad? Al principio no estaba segura de si eras tú, pero cuando te he oído hablar por el móvil ya no he tenido dudas. Andas de compras de Navidad supongo.... Yo vengo a desayunar aquí, a veces… -con algo menos de aplomo-

Casi se sonrojó al ver como miraba las bolsas. Se sintió como una pija miserable y prepotente. Pero reaccionó al fin.

-Pues me alegro de verte Marta, siéntate aquí conmigo y hablamos eh?

-Tendrás prisa… ya te ibas… -La miraba a los ojos-

- Un café, ¡venga! -Le sostuvo la mirada-

Marta aceptó el café y se sentaron.

Y contra todo pronóstico, la química que las uniera un día, volvió a funcionar casi de inmediato. En apenas media hora, era como si se hubieran visto un par de semanas antes. Marta desplegó todo su encanto, la verdad es que había mucho para contar por ambas partes.

Realmente habían estado muy unidas en esos años de Instituto. En el fondo de aquellas pupilas, aun latía el alma de aquella adolescente con la que tanto había congeniado y compartido en esos años mágicos de iniciación y descubrimientos en mil correrías. Habían sido inseparables. Su madre las llamaba: “el pack”. Luego, al empezar la Universidad en Facultades diferentes, poco a poco e inexplicablemente, se habían ido distanciando hasta perderse la pista. Lo último que había sabido de ella, hasta ese momento, es que se había ido a Alemania con una beca.

Sorprendentemente, al cabo de varias horas de conversación, Marta, era cualquier cosa menos una perdedora. Su peripecia vital resultó ser tan apasionante, que redujo su indigencia casi a una pura anécdota más. Inspiró cualquier cosa menos lástima. Y es que la inteligencia es siempre un grado superlativo.

Les costó despedirse con la chocolatería a punto de cerrar, cerca de las diez de la noche. Luis, las fue atendiendo durante toda la jornada, observándolas con curiosidad y disimulo al principio, pero el diminuto local no permitía más que una intimidad muy relativa.

Al final de la tarde, intervenía en la conversación riendo abiertamente con ellas. Cautivado por la situación y por la simpatía de Marta, que no cesaba de gastarle bromas y se lo había metido en el bolsillo sin reservas. A pesar de los avatares de su vida, conservaba fresca aquella fina ironía un poco cínica, que le salía de natural y que siempre la hizo tan especial. Al pedir la cuenta, les hizo prometer que volverían si las invitaba. Ambas lo juraron solemnemente entre risas.

Llegado el momento de irse, Esther le facilitó su dirección y su teléfono, conminándola cariñosamente  varias veces a que mantuviesen el contacto. Marta prometió llamarla a no tardar, para darle su nueva dirección en cuanto se instalara... -Pero en su mirada latía claro el “adiós”-

Hoy, igual que otras veces, hablaban de nimiedades, pero mientras lo hacían... Esther le pidió un bolígrafo al mismo tiempo que abría el diario y rodeaba con un círculo la esquela. Entretanto él la leía atentamente, abandonó por última vez el local.

viernes, 5 de diciembre de 2008

"La diferencia es natural, la desigualdad no" (made in Gárgola)



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Dada la complejidad y extensión de muchos de los comentarios a mi post anterior, he decidido publicar una entrada, en la que trataré de englobar una respuesta general dentro de lo posible, a todos ellos. Cosa harto difícil por otra parte.
Lo primero y más importante, daros las gracias a todos, incluso a los que sólo me hayais leido sin dejar huella. Y especialmente, a los y las, que coincidís conmigo prácticamente en todo, a los que sólo lo haceis en parte, o en nada de nada. Sois un LUJAZO, que aun no sé como me he podido permitir.
En lo que estaremos todos de acuerdo, es que el tema que ha surgido a raíz del post, se las trae... porque siempre es difícil hablar de sentimientos que nos atañen a todos tan de cerca y mucho más poner de acuerdo, tantas, y tan variadas sensibilidades.
Lo que si os digo, es que servidora, percibió esa conversación como algo gracioso y anecdótico. No como un análisis "general" del comportamiento masculino ante determinadas situaciones. ¡Dios me libre de tamaña audacia! Soy de las que piensa que cada persona es un mundo. Por lo tanto, sobre todas y cada una de ellas, se podría escribir un "tratado del comportamiento de fulanito o fulanita". En el que influiría la biología, el carácter, de cada uno, el entorno, y sobretodo, las vivencias, tan diferentes unas de otras, de la persona en cuestión.
Pero en esa reunión se habló sobretodo de hombres... y por eso, la mayoría del post versa sobre vosotros chicos. Pero también se habló de mujeres y no poco... Es decir, es la opinión de única y exclusivamente las que allí estábamos en ese momento, y, esto es muy importante, sobre personas con nombre y apellidos, sobre los que hablaron mis compañeras. Y que luego yo traduje al anonimato, como es comprensible y de esperar. Otra cosa hubiera sido hasta denunciable, e molto pericolosa per me.
También decir que todo lo que haya de opinión en ese escrito, aunque no guste, es mío, y lo sigo suscribiendo al 100%, que ya no está una para paños calientes, ni extemporáneos cambios de chaqueta. Desde aquí pido disculpas a quien se haya podido sentir ofendido. No era mi intención ir más allá de unas risas. Esa noche se produjo el típico fenómeno del efecto en cadena. A la que se quejó la primera, las demás fueron detrás. Pues a mi... pues yo... etc...
Suprimí de la entrada, ya muy extensa, un párrafo que ahora me parece esencial, pero decidí que era más interesante, y sobretodo más divertida la opinión de las asistentes, que la mía. Dice asi:
Hay infinidad de mujeres, que aún hoy, buscan e idealizan como un fetiche ese prototipo de "macho-malote", mezcla de príncipe azul y gigoló, medio salvador, medio chulo de discoteca, que las maltrate un poco psicológicamente. Que se considera a sí mismo un triunfador, en la medida, en que cuantas más mujeres hayan sufrido por él, mejor lo ha hecho como seductor. El típico gilipollas vaya!. Les pone sin más e irremediablemente. Faltaría ver y analizar hasta que punto la sociedad fomenta esos comportamientos. Algo que recoge Gabiprog, de forma muy lúcida, en su comentario, tan acertado de principio a fin. Hay mujeres, a las que les encanta ese rol de la mujer "sedotta e abandonatta" a la que el mal de amores la hace "sinvivir" a tope. En una involución absurda y estúpida donde las haya, que sólo es generadora de más dolor y más estupidez. Aunque la mayoría negaría tal comportamiento. Al igual que los hombres, que nunca se reconocen como machistas. Ninguno. Frase, que parece haber molestado a más de uno, pero que sigo reiterando, ahora más que nunca. Y dejar patente, que tan solo mi opinión, no convierte a nadie, en algo que no sea. En todo caso, el que se pica.... y ciento volando! jeje.
Detecto también, aunque no en todos los comentarios, una especie de "temor reverencial"a definirse claramente en este tema. Como si hubiera miedo a la etiqueta que eso pudiera conllevar. No sé si me explico.
Creo, y repito aquí, lo que en punto y aparte, le contesto al Sr. Abad. Que todos, somos lo que somos, producto de un tiempo y una educación, y al final, eso, siempre acaba por hacerse evidente irremediablemente. Que una cosa es hablar, y otra muy distinta dar trigo. Y yo, me incluyo la primera, que contradicciones tenemos todos. Y no hagamos leña del árbol caido.
Sé, porque lo vivo muy de cerca, ni os imaginais cuanto! que no todos los jóvenes son iguales. Pero de ésos de los que se habló, hay, y no son pocos… y no creo de ningún modo, que las drogas enriquezcan en ningún sentido, como no sea el bolsillo del que las vende. Y desgraciadamente, sé muy bien de lo que hablo.
Y tienes toda la razón Lola, no hay hombre que se resista a un buen culo y un generoso par de tetas. Es algo que les “prima” a la mayoría, que no todos. Y el que diga lo contrario, miente, como un bellaco.
Gloria prometo hacer un post sobre las mujeres que tienen “tela” como tu dices, que de haberlas haylas…y no son moco de pavo precisamente. Pero me abruma un poco haber abierto, casi sin querer, pensando que hacía una gracia, la caja de los truenos. Por otro lado tienes razón me encanta y que coño! ¿quién dijo miedo?
Y sí Luisa, lo que pasó, pasó, pero “semos asina” como tu dices. ¡Cuánto sabes!
Alguien apunta, que ellos hacen las cosas según les vienen. Y yo creo que ellos hacen, según que cosas, porque “pueden”, y pueden, sobretodo, porque se lo permitimos…
Por lo que no pienso disculparme en modo alguno, aunque me tachen de“borde feminista” es por pensar. Tienes toda la razón Elisa. Prefiero mil veces seguir pensando por mí misma, a que lo hagan por mí. Bastantes siglos ha habido ya de eso ¿verdad? Y no me refiero a ti, Labegue, que no sé porque intuyo, que a pesar de lo que dices, tienes este tema más que “requetepensado”y calibrado. En el fondo, te intuyo muy cercana a mi, escéptica total…

Aunque quien sabe… cualquier día nos llevamos una sorpresa y empieza a haber vida ahí fuera…
Luis Antonio, dices que nada de lo que digo te atañe, pues justo eso es lo que escribí más arriba, lo que yo diga no hace a nadie, nada que él no sea. Y gracias por tus elogios. Y los del post, son una de tantas minorías que contribuyen a conformar una mayoría variopinta y con muchas diferencias. Estoy de acuerdo. Pero de haberlos haylos, dime recalcitrante…
Gárgola, te robé el título, ya lo ves. Como se puede decir tanto y tan sensato en tan pocas líneas. Estoy segura de que todos del primero al último lo suscribimos.
De los demás, considero que estamos en sintonía casi al 100% lo que me conforta y hace que no me sienta un “bicho raro”.

Y en cuanto a como envejecemos, reitero lo dicho. La connotación de la edad, no significa lo mismo en masculino que en femenino. Y no me convencereis de lo contrario. Ahí está el lenguaje, algo tan cotidiano y tan revelador para demostrarlo de forma aplastante. No voy a repetir aquí ni añadir, frases hechas que todo el mundo conoce. Sigue habiendo un doble rasero para medir el hecho masculino y el hecho femenino y lo que te rondaré morena… se pueden cambiar las leyes… pero la sociología es más lenta que el caballo del malo.

Nada más, sólo repetir que no estaba en mi ánimo generalizar y mucho menos molestar. Agradeceros de nuevo a todos, a todos, a todos, a todos, la atención que me habeis prestado y vuestros pedazo de comentarios del primero al último. Os quiero.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Reunion de pastoras....


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He aquí las reflexiones de un abanico de mujeres de diferentes edades, que al azar y una cena de empresa reunió aleatoriamente. Como suele ocurrir en estos casos, los hombres acabaron por su lado hablando de fúltbol y el último cachivache electrónico. Y las mujeres por el nuestro, de hombres y relaciones ¿de qué sinó?. Los antibióticos y la carretera, me impidieron beber esa noche, así que tengo muy presente lo que alli se habló.
Al final de la noche, después de unas cuantas copas, la lengua suelta, la frente muy alta, y la falda muy corta, que diría Sabina, las asistentes sobretodo se quejaban.
Antes de entrar en materia, y como no me gustaría que se molestasen mis visitantes varones, vaya por delante que todo lo que allí se dijo, no fue óbice, ni representó impedimento alguno para que todas reconocieramos, que hay veinteañeros geniales y dispuestos a embarcarse a fondo en sus relaciones sentimentales. Treintañeros comprometidos y responsables que cuidan a su pareja como un tesoro. Cuarentones con la inteligencia y la madurez necesaria para apreciar la relación y la compañera que tienen, a lo que no cambiarían por nada del mundo, por una jovenzuela mas bitch que las chicken y que los haría ir como puta por rastrojo, y sin llegar nunca a sus expectativas. Y cincuentones o más, seguros de si mismos y que han sido capaces de evolucionar con los tiempos, y tratar de igual a igual a sus parejas, sin sentirse menoscabados por ello. Y no sólo de boquilla. Aunque... y perdonadme la maldad, ¿alguien conoce a un solo hombre que se declare machista? Yo no. ¿Ande andarán?
Vamos allá:
Me sorprendió que las más quejosas estuviesen en la veintena. Lo hacían diciendo que empezaban a estar hartas de paralíticos emocionales, incapaces de expresar sus sentimientos, y con un terror patológico a cualquier tipo de compromiso. Esbozaron un prototipo entre los veinte largos y los treinta y pocos.
Viven en casa de sus padres, donde tienen la intendencia solventada (lavado, planchado, alimentación etc...) pero ya hace un tiempo que han terminado la carrera o están a punto de hacerlo y están trabajando. Tienen una pseudo novia "comodín", con la que comparten algunas cosas, sobretodo el buen sexo asegurado y las inyecciones de auto-estima convenientes a su ego. Pero son relaciones que sólo conjugan el presente, nunca el futuro. La mayoría siguen saliendo los fines de semana, con una frecuencia que roza lo insólito, sólo con los amigos.
La secuencia es la siguiente: quedan en casa del único que se ha independizado. O en el domicilio del que tiene los padres más permisivos. Antes de salir se ponen ciegos de alcohol, porros y a veces algún "tirito" (algo que la mayoría oculta a la novia) y luego salen a ver lo que pillan.
Si hay suerte, y el exceso de estimulantes no les fastidia la erección, un polvete en el lavabo cutre de la disco de turno o a precario en el coche... con la borrachuza de turno, que tampoco sabe muy bien donde se está metiendo. O sea, tirando largo de 15 a 30 minutos de sexo desesperado... les hace sentirse ¿libres? o ¿descerebrados?. Pero, eso, es para ellos y muchas ellas triunfar... Y el que se resiste a dejarse arrastrar por semejante estupidez, es un dominado, un aburrido y un calzonazos... que ya está "kaput" y a punto, poco menos, que de entrar en la decrépita vejez. En versión femenina, se las califica de estrechas, antiguas y de no saber disfrutar de la vida. Además, ¿de que van diciéndoles a ellos que no? . Aunque luego, a esas, las veten para novias. Exactamente igual que sus padres.
Resumiendo, presuntos adultos, sólo de cintura para abajo, en un intento patético de alargar la adolescencia sine die. Sorry boys!
También se quejaron las treintonas. Y lo hicieron de esas parejas eternamente dubitativas sobre que será mejor: si irse a vivir juntos, o continuar funcionando como singles por los siglos de los siglos. Aducen, a su conveniencia claro, que el matrimonio y la convivencia dan al traste con cualquier relación. La rutina, bla bla bla Me gustaría preguntarles: define relación.
Queda claro pues, que hijos no consta en su diccionario y que descendencia debe ser algun modo extravagante de bajar las escaleras.
Es decir, asunción de riesgo emocional = a cero patatero. Funcionan como los bancos en plena crisis. A saber:
Dame y apórtame todo lo que tengas, ¡no te lo lleves en ningún caso! y no me pidas porque no tengo. Y en todo caso, si tuviera a tuviese, me lo guardo por si... (la técnica del coche de hace unas entradas) Vaya ser que tengan que renunciar o se pierdan algo. Tu sigue esperándome, ever, forever, and ever y que no cunda el pánico...
A partir de esa edad,hay cada vez más divorciadas. Una, explico lo siguiente:
Y de pronto, a punto o camino de entrar en los cuarenta o cuarenta y muy pocos, con la mayoría de amigos, más espabilados, ya bien "colocados" y a la vista de que ya no se triunfa con la misma asiduidad, que el polvete de discoteca o de coche ya resulta trasnochado y da más pena que gloria, que el sofá de casa empieza a resultar demasiado grande y solitario, que poner lavadoras y tender es un coñazo y cocinar o comer cada día de menú un castigo divino y los fines de semana largos y aburridos del copón sin fox idea que hacer...A muchos, les entran las prisas por encontrar una "buena chica" con la que formar una familia. Eso sí, preferentemente soltera y joven, aunque ellos estén instalados ya en una calvicie incipiente y en la dulce curva de la felicidad. En todo caso, si hay que tirar de divorciadas o separadas, mejor sin hijos off course!. Curiosamente, la mayoría se considera un "mirlo blanco". Pero según va pasando el tiempo sin el resultado apetecido, están dispuestos a ser más tolerantes y rebajan expectativas. Se dan cuenta entonces, aunque no lo reconecerán jamás, que los que ellos calificaban de "pringados" por casarse o decidir compartir su vida en compañía, les pasan la mano por la cara y de lejos.
Y es que...llegados a este punto, decía mi madre, que "todos los perros de raza tienen amo" y las mayoría de féminas, casi siempre más en la tierra, o tienen pareja o son ellas las que tras un divorcio se plantean, que aunque haya excepciones, un tío soltero de esa edad, no es agua clara. Algo le pasa. Y se preguntan: estará soltero ¿porque no funciona en el sentido bíblico del término? ¿estará enmadrado? ¡Vade retro! ¿será incapaz de mantener una relación más allá de unos meses? ¿será un tímido solitario patológico? ¿un adicto al sexo ocasional? ¿un maltratador? ¿o todo junto?. Y mira por donde, entonces son ellas, las que no tienen muy claro si desean volver a convivir en pareja, con lo que ello conlleva de renuncias laborales, dobles jornadas y arduos trabajos domésticos varios. Pero si lo hacen, casi que prefieren a alguien que ya sepa lo que es compartir. Obviaremos parejas con hijos de relaciones anteriores. Eso sería merecedor de otro post.
Y me cautivaron las declaraciones de las de a partir de cincuenta o más. Manifestaron sentirse de otra época en donde convivir con la misoginia, ni siquiera estaba mal visto y la sonrisa condescendiente, en el mejor de los casos, era lo habitual. A pesar de que su generación, incluso la anterior, fueron las auténticas pioneras y las que más se movilizaron en pos de una libertad que por ese entonces era casi una quimera. Pero ¿quién se acuerda de eso? la mayoría creen que nacieron "tal que así". Eso si las ven...
Les reconcome que toda esa libertad tan luchada, haya derivado en diarios de patricias o se limite a esos patéticos ghettos discoteca. Donde el "ganado" femenino de "una edad"que antes no tenía derecho ni al pan ni a la sal, se agrupa y agoniza lentamente como los peces en esos locales. A la espera de que llegue el pastor, de la misma edad, incluso más, pero con distinta connotación, a salvarlas de la terribilísma circunstancia de estar solas y solteras en la vida.
Descorazonador.
A esa edad, para algunas, estar sin pareja es entrar en el ghetto de la invisibilidad perpetua, algo muy mal llevado en muchos casos. O en el de las malfolladas o menopáusicas en su sentido más peyorativo.
Es la vieja historia de los malditos roles: los hombres maduran y las mujeres envejecen. Ellos tienen unas interesantes sienes plateadas y ellas son unas descuidadas que no se tapan las canas. Los hombres son sabios y las mujeres resabiadas. Ellos tienen experiencia y nosotras somos gallinas viejas hacemos buen caldo etc...Muchas veces a unos y otras les puede ese lavado de cerebro de siglos y siglos de roles y esteorotipos perpetuados generación tras generación.
Todos declaran tener derecho a "ser felices" como si la única opción para ello pasase por encontrar una pareja a toda costa. Aunque sea un o una imbécil de cuadro de honor.
Las de mi reunión reivindicaban la soledad lúcida y buscada como una gran oportunidad de realización personal, sin trabas sentimentales ni familiares, ya superadas. Eché mi granito de arena citando a Adriana. Sí nuestra Adriana, que aún muy lejos de esa edad es muy sabia. Y dije: "no echo de menos lo que tuve porque ya lo disfruté" a lo que asintieron todas las presentes.
En el ambiente se palpaba una envidia sana, de esa sensación de los objetivos cumplidos y la liberación del "arrastre de las emociones" que transpiraban las más maduras.
En un momento dado, alguien preguntó a la que hablaba en ese momento ¿pero nunca te sientes sola? a lo que las tres que había respondieron: ¡claro que sí! pero no más que tú o todos los que viven en pareja y sino que levanten la mano las que nunca se hayan sentido solas viviendo en pareja.
Nadie la levantó.
Hasta bien entrada la madrugada, mucho más se habló y sobretodo se rió. Pero esto, ya está largo de cohone! Y aunque no sirva de mucho que bien se queda uno-a cuando suelta lastre y te escuchan con atención ¿verdad?

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