domingo, 12 de mayo de 2013

Regreso a Ítaca...

                                                Imagen original aquí:
                                   http://www.flickr.com/photos/fernando-/3283203850/sizes/l/
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 "Lo que vemos, no es lo que vemos, sino lo que somos."
Fernando Pessoa         
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Cuando despertó sola en el camarote, era de noche como solo lo es en alta mar y hasta sus oídos llegaba un inhabitual murmullo de conversación apagada. En otro momento se hubiese asustado o llorado, pero no en esa ocasión. Los niños, poseen una antena especial que acostumbra a detectar de inmediato los sucesos extraordinarios. Y era evidente que algo inusual estaba sucediendo. El rumor, provenía de la cubierta superior, donde se hallaba su camarote. Así que, se calzó rápido mientras trepaba a la litera superior que su hermana ya había abandonado sin avisarla para alcanzar así el ojo de buey desde el que divisó el exterior a la perfección e investigar. Después de casi un mes de viaje con las rutinas del barco completamente asumidas, le sorprendió ver la borda de proa atestada de gente a esa hora, pero aún no acertaba a comprender que sucedía… la mayoría, señalaban algo a lo lejos… ¿quizás habían vuelto los delfines que las habían acompañado durante días? Si era así, pensaba enfadarse  mucho con su hermana por no despertarla! Así que decidió salir en su busca y poner fin a aquel misterio.

En pleno verano, agradeció el relente fresco y húmedo de esa madrugada respirando hondo. En contraste con la tranquila placidez de otras noches, cuando se escondían en las escaleras del puente de mando, con el salón de baile a la vista, donde un mundo decimonónico de lujo y glamour, que estaba condenado a desaparecer para transformarse de forma veloz  e inexorable en clase media, daba sus últimos coletazos. La actividad ahí fuera, se adivinaba esa noche casi frenética. Los marineros baldeaban las cubiertas concentrados, despejando a conciencia puertas y pasarelas, de tumbonas, sillas, hamacas y todo tipo de menaje de exterior. Nadie parecía prestarle atención, así que siguió avanzando en busca de su hermana, a la que no tardó en divisar. Era la única, de los muy pocos niños de ese viaje, que estaba ahí, en primera fila… Como siempre, un paso por delante de todos los demás.

- ¿Dónde vas sin chaqueta?
- ¿Qué pasa?
Tomándola de la mano la avanzó a primera fila. Y también ella señaló el horizonte, musitando con cierto énfasis de entendida en la materia:
 - Mira, es España.

Y en medio de la bruma de ese amanecer, divisó una larga pero aún tímida hilera de luces que titilaban en la lejanía. La verdad, es que esa visión no le pareció prometedora en absoluto… y mucho menos al comprobar como a su alrededor, la gente, en su mayor parte emigrantes que retornaban o hacían una breve escapada, se abrazaban y estaban al borde las lágrimas. También su prima, que se hallaba entre los que regresarían a no tardar y que las acompañaba con su bebé, parecía emocionada.

Ellas, regresaban para quedarse, pero se hallaban todavía lejos de comprender en toda su magnitud, el alcance de ese hecho. El internado y su sensación de abandono, que terminaría por convertirlas a base de disciplina tantas veces absurda e incomprensible, en dos escépticas solitarias, curtidas y autosuficientes, era aún una huella desconocida en sus vidas, aunque estuviese tan solo a un paso de otoño. Su impresión, y quizás fuese esa la  primera vez que les sucedía,  se asemejaba mucho más a ese vacío en el estómago que dejan el final de unas vacaciones trepidantes y llenas de aventuras…  lejos de la rutina y la vigilancia estricta de adultos. No en vano, su provisional tutora,  a pesar de ser ya madre, no dejaba de ser poco  más que una adolescente, aunque en otra aventura muy diferente a la suya. Quizás por eso, les permitió la libertad rabiosa e indulgente  que sabía que pronto les iba a faltar. Fuese como fuese, ese, se convertiría en un periplo inolvidable e irrepetible…
   
Atrás, aunque para siempre en su memoria quedarían, desde la tormenta tropical que al inicio de esa travesía barrió las cubiertas de forma salvaje, descubriéndoles por vez primera, aún entre los vómitos del profundo mareo, la insólita belleza de una naturaleza bronca e indómita que ocasionó los desperfectos suficientes al buque, como para desviarlo y hacerlo recalar un par de días, que su prima supo convertir en exótica excursión indígena, en Jamaica, y que sirvió como contrapunto a la calma chicha en la que discurriría el resto del viaje en ese universo anodino y cerrado que resulta ser un barco de pasaje, donde todo acostumbra a estar previsto. Excepto ese afortunado e inquietante encuentro con los delfines que las acompañaron durante días y que tanto las hizo disfrutar con sus piruetas y sus voces a modo de cantos de sirena… y que noche tras noche mientras siguieron la misma ruta, penetraban para quedarse en el alma de todo aquel que las escuchaba. Maravilloso e imborrable patrimonio emocional. 

E imperecederas también esas noches, en las que la oscuridad profunda de altamar, sólo se desgarraba con las profusas fugaces de cola interminable, que se derramaban generosas en medio del alborozo de la chiquillería, que las coreaba durante los segundos que tardaban en desvanecerse… en ese otro abisal e insondable océano de estrellas en pasado. Uno, dos, tres… y que sobrepasando el diez, les arrancaba un arrebatado aplauso. Un mundo pródigo, pletórico de los sueños de una niñez corta y aún apenas contrariada… al que vete tú a saber qué o quién… ha tenido a bien regresarla esta madrugada. 




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31 comentarios:

  1. Emotivos recuerdos, amiga, que tú has sabido narrar con fina maestría, recobrando el brillo de aquella mirada infantil e ilusionada. Gracias por este regalo de madrugada, amiga.

    Un abrazo.

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    1. Gracias a ti, por decir eso de mis letras, amigo.
      La infancia, es ese país que nunca se abandona del todo y por el que siempre se camina a pesar de los años y los 'paños'...

      Muchas gracias por acercarte y otro abrazo también para ti.

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  2. Bellísimo periplo, como el de Ulises, con los tesoros que colmaron sus sentidos de sensaciones felices y esos monstruos, como el Cíclope, que según el maravilloso poeta griego Kavafis, sólo se nos aparecen en la travesía si los llevamos dentro.

    Como bien dices: "Un mundo pródigo y pletórico..." al que yo, como Antonio, me encontré esta madrugada de domingo y por el cual te agradezco.

    Bellísima también la cita Elliot. Gracias por compartirla y con tu permiso, me la llevo a mi colección de poesías.

    Un cordial saludo!

    Fer

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  3. Debí escribir "Eliot", perdón y papelón, siendo que soy profa de English... Disculpas.

    Otro saludo.

    Fer

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    1. Fer:

      Recordar según que momentos de la infancia, es algo que debe hacerse con precaución... porque puede ocasionar catarsis inesperadas, que nos lleven a daños imprevistos... pero este periplo, que llevó a no demasiado buen puerto a las protagonistas de este breve relato, es de los que pertenece a la mejor parte de su 'patrimonio emocional' y esta madrugada algo me llevó hasta él y pensé que era un buen momento para 'refrescar' esa parte buena.

      Gracias por acercarte y por decir eso de mis letras, querida.

      Y no te preocupes en cuanto a Eliot, yo soy de las que a menudo acostumbro a escribirlo con dos 'eles' :) soy malísima tipeando...

      Cuídate!

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  4. Ah! Cristal, formidable, tu Viaje a Ítaca, al que me has llevado para vivirlo en primera persona a través de esos maravillosos recuerdos.
    Magistral, tu forma de relatarlo, me quedo con la misma sensación de nostalgia de tus protagonistas.
    Un placer, siempre, leerte.

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  5. Godot:

    Muchas gracias también a ti, por tu amabilidad y tu fidelidad a mis letras, amigo.

    Y espero que esa sensación de nostalgia, represente algo bueno también para ti. Ese sentimiento es muy ambivalente y tanto puede 'regresarnos' a una parte buena, como no tan buena de nuestro pasado. Ojalá, que mis letras te hayan llevado al primer caso.

    Un abrazo y un placer también para mí encontrarte.

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  6. Está estupendo, chica y bien lo sabes. Creo que en esa atmósfera trufada de nostalgia, infancia y aire marino sale ese sustrato gallego del que te alimentas en tantas ocasiones. Estas dos hermanas son merecedoras de que antes de llegar a puerto, se les apareciese el gran caballero de los mares Corto Maltés.

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    1. Oiga Dr. Krapp, gasta vd. fino olfato, porque aunque lo autora de este texto no haga mención de ello por razones de seguridad, en realidad el Corto Maltés y su amigo Jack London, viajaban en ese barco disfrazados de grumetes en misión de incógnito.

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    2. Oh ooohhh, la srta. Mariquita Pérez !!! ilustre comentarista de este espacio, pero que sólo se prodiga en las grandes ocasiones, ha tenido a bien darte información clasificada, Max. Créeme que es todo un honor.

      Claro, que ella no sabe de tus conexiones con el sabio y sagaz detective Arou de Kaskarilleira, que por lo que veo te mantiene bien informado de cualquier maniobra orquestal en la oscuridad, sin importar si sucede en presente pasado o futuro.

      Pues nada, ya lo sabes, además de aventuras, en ese barco, aunque a escondidas... gozamos de muy buenas compañías.

      Muchas gracias por tu amabilidad con mis letras, que celebro te gusten y alimentarme de mis sustrato gallego, es algo que me gusta y me hace bien y además ni quiero ni puedo evitarlo :)

      Moitos bicos, rapaz!

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    3. Gracias, Mariquita, siempre te he tenido en consideración por ser parte de los mejores sueños de nuestras madres y abuelas.
      Me alegro de que Corto se haya reencontrado con Jack London después de haberse separado en Manchuria tras la guerra ruso-japonesa de 1910. Fue la ocasión en que se forjó la amistad entre Corto y Rasputín al pedirle el escritor al marino que se llevase con él al ruso rumbo a una de sus largas singladuras por el Pacífico.
      Fiz Arou siempre está al loro y eso que fuera de Kaskarilleira y un poco por la Costa da Morte el mundo le parece extraño.

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  7. Que suerte tener esos recuerdos, niña. Como siempre, pero hoy más, he disfrutado mucho leyéndote,la verdad es que se me ha quedado muy corto este post.

    Gracias por compartirlos.

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    1. Sarita.

      Todos, cada uno los suyos y a su manera... tenemos esos recuerdos, que nos conforman y nos han hecho como somos. La infancia es un lugar, donde nos 'vestimos' de futuro a través de esas experiencias, buenas o malas. En este caso, para mí, esta fue de las buenas.

      Besazo***

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  8. volver, entre sueños y recuerdos.

    abrazo,chica*

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    1. Silvia

      Pues sí, que duda cabe! recordar, es una forma de regreso. En este caso, incruento y agradable.

      También yo te abrazo, muchas veces*** y gracias por venir :)

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  9. Me traes a la memoria otro regreso a Ítaca... ya borroso en el tiempo.

    Y lo mismo te digo, no es sólo lo que cuentas sino cómo lo haces. Pero te leo y aprendo.

    Una sonrisa.

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    1. Alfil.

      Pues espero y deseo que sea un buen recuerdo, amigo. Y si lo es, habrá que desempolvarlo ¿no? :)
      Y muchas gracias por tus palabras. Me animan a seguir, que a veces no está fácil...

      :) :)

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  10. Siempre he tenido miedo de regresar a Itaca porque tengo la convicción de que Penélope tiene un recuerdo de mí que me supera con creces y temo... decepcionarla.

    Bello relato, Cristal

    Un abrazo

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  11. Luís A.:

    Bah... el miedo, es algo tan solo pasajero y que siempre termina por pasar... quizás los motivos de esa convicción que tienes, sean otros que viven escondidos en tu inconsciente. Seguro que tu Penélope estaría encantada de reencontrarte y tu a ella... Y no sigo, no vaya a ser que me meta en camisas de once varas :))

    Gracias, por decir que es bello mi relato.

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  12. Uno, a estas alturas, ya no sabe si las cosas fueron como fueron o como las recuerda... Es cosa sabida... Las cosas del pasado, realmente, nunca fueron como fueron...

    Bella entrada, amiga, con palabras plenas de nostalgia.

    Un abrazo fuerte

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    1. Antiqva

      Sí... supongo que así es... las miradas al pasado siempre son particulares. Incluso dentro de una misma cultura, no hay más que mirar cualquier libro de Historia, para comprobarlo ¿verdad? Dependiendo de en que momento o 'bando' esté el autor... leeremos una u otra cosa muy diferente.

      Y los recuerdos propios, también están sujetos a esa subjetividad que nos define a los humanos.

      Muchas gracias por decir que es bella mi entrada y un gran abrazo, Antiqva.

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  13. Hola, Cristal, que bueno es volver a leerte. Intento regresar a Wojkowice (la Itaca eslava), a ver si esta vez la vida me deja.
    Mientras tanto te dejo un abrazo y te agradezco el mensaje que me mandaste hace tiempo. Siempre lo llevo conmigo.
    besicos,

    Romek

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    1. Romek:

      OH! que bueno! encontrarte, Romek. Fuese el que fuese, en mi mensaje seguro que decía que 'escribieses en todo caso y lugar' Y que no te rindas!

      Y ojalá encuentres ese camino de regreso a tu Ítaca... esté donde esté.

      Un gran abrazo y gracias por pasarte!

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  14. Proust y su magdalena...A veces, los recuerdos salen del armario por sorpresa; otras, desencadenados por vaya usted a saber qué...En cualquier caso, no es bueno vivir de ellos...pero sí con ellos, porque somos nosotros mismos.

    Me ha encantado leerte porque has hecho que lo viviera.

    Un beso, un ya clásico bOcata y muy buen fin de semana :-)

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  15. Mercedes:

    Ando yo a años luz de la belleza literaria y poética de semejante maestro, al que adoro.

    Pero sí que como a él, y tantos otros seres... me obsesiona ese tiempo ya inalcanzable... pero que sigue existiendo en esa extraña dimensión que es un 'recuerdo'. Sobre todo, porque en muchas ocasiones son la causa de nuestro presente... sinó (guardando la descomunal e incalculable distancia que nos separa, claro) ni el hubiese podido escribir esa trilogía (¿o eran más?) ni yo, este humilde texto...

    Como sea, gracias por acercarte y por vivirlo. Un beso bOcatiano y feliz todo, también para ti

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  16. Esta Ítaca que ha aunado a Corto Maltés con Jack London tiene la belleza de las estrellas: lejanas, como la nostalgia y calientes, como la ternura del regreso.
    Me ha parecido un texto magnífico, Cristal, sugerente, mucho.
    Un abrazo

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    1. Virgi:

      La verdad es que esa unión de Corto Maltés y Jack London, es siempre irresistible :)

      Gracias por decir que el texto es magnífico y hasta siempre, preciosa.

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  17. Buena exposición que te lleva fácilmente a leerlo.
    Demasiados puntos suspensivos. Realmente no hacen falta.
    Ah...! Después de puntos suspensivos va mayúscula. ;>)

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    1. Coronel Asdrubal

      La verdad es que hago uso y abuso, de los puntos suspensivos, casi siempre. Tanto es así, que muchas veces, cuando releo algún texto antiguo, pienso que este espacio debería titularse así ;) (puntos suspensivos) Es un vicio que tengo.

      Sobre todo o quizás... (ya estamos) porque acostumbro a publicar en 'arrebato', es decir sin apenas repasar, porque si lo hago, la mayoría de las veces, termino por borrar lo que he escrito. Ya ves!
      .
      También, porque el formato de los blogs, exige una cierta brevedad, y ese signo ortográfico me parece útil para sugerir... (je) sin tener que explicar, aunque lo hago de forma totalmente inconsciente. Y lo hago mal!

      En cuanto a lo de las mayúsculas, después de los suspensivos, no siempre es así ;), dale un vistazo a esto:
      suspensivos

      Y muchas gracias, por molestarte en leerme con mirada crítica y atención.

      Un abrazo, Joan.

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