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"Como explicar con palabras de este mundo, que partió de mí un barco, llevándome"
Alejandra Pizarnik.
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El establecimiento, ubicado en el antiguo portal de una casa abandonada
del barrio judío no es muy grande, pero
mantiene el sabor de misterio y olvido de los lugares excepcionales. La primera
vez que llegó hasta ahí fue en una oscura y fría tarde de invierno. Los pasos
sin rumbo de un inopinado paseo por el barrio viejo la condujeron como al
azar, hasta el callejón donde se halla
ese umbral, del que acostumbra a emanar
una luz encantada.
Se detuvo ante el escaparate, para comprobar que se trataba de una vieja librería de lance, que le había pasado desapercibida hasta
entonces. Al entrar, comprueba que está en un lugar antiquísimo, que conserva
todo el sabor de épocas anteriores. Afortunadamente en este caso, nadie se ha
ocupado de renovar nada, ni en el exterior ni en el interior. Totalmente
abducida, observa el suelo de losas
graníticas desgastado e irregular por el que debe caminar atenta a los desniveles; las viejas estanterías de madera deslucida por el tiempo, donde
reposan a la par que esperan pacientes, polvorientos volúmenes que despiden el
mágico magnetismo de las historias cautivas en ellos. Siempre se ha preguntado, si somos nosotros los que realmente les
escogemos a ellos… o es al revés…
No hay ahí best seller's,* ni tontas novedades del último
presentador o humorista que se cree
Cervantes. Sólo auténtica literatura. Y alguna joya desconocida. Por primera vez en todo el
día, es capaz de respirar hondo. Un gesto buscado que la hace reencontrarse con ese aroma familiar de papel antiguo y pergamino que tanto le gusta. Dos
personas, al fondo, le dirigen una
breve mirada de cierta extrañeza, pero
siguen conversando en su rincón en apenas un susurro. Un murmullo, que no rompe el silencio
liberador que reina en el local.
Pronto pierde la noción del tiempo, deambulando entre los un
tanto destartalados anaqueles, revolviendo, descubriendo… le cuesta decidirse, hay mucho y bueno para
escoger… por fin, se hace con un
breve ensayo ‘Sobre Política y Lingüística’ de Noam Chomsky, que se cae a pedazos
y un ejemplar de una vieja edición de ¨La estructura ausente’ de Umberto Eco.
También toma buena nota de otros títulos para próximas visitas.
Le cobra uno de los hombres que conversaba al fondo. Un ser, de ojos diminutos sin edad aparente, como de otra dimensión… que parece no prestarle la más
mínima atención. Pero mientras envuelve minucioso su elección, sin levantar la
vista de lo que está haciendo, le hace el último regalo del día al ofrecerle asistir a una charla
informal sobre Kabalah, que está a punto de comenzar en la biblioteca del
altillo.
Pero esa, es otra historia.
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*Best-seller’s, de los que nada tengo en contra, y que
también acostumbro a leer a menudo,
cuando lo creo oportuno. Y los hay excelentes.
Por encuentros como esos merece la pena cualquier paseo, por largo y frío que sea, ¿verdad, Cristal?
ResponderEliminarEs como toparse de improviso con la cueva del tesoro. Gracias por narrarlo tan bien, con tanta sensibilidad.
Bellísima la cita de Alejandra Pizarnik. Me dan ganas de ponerla en un marco.
Saludos, lectora pirata.
Antonio:
EliminarPues la verdad es que sí, valen la pena paseos con ese final feliz, por más frío que haga.
Lo defines bien cuando lo calificas de 'cueva del tesoro' Ahí he encontrado auténticas joyas, de autores apenas conocidos por el gran público. Es un lugar especialísimo en el que creo que tú en particular, te sentirías muy a gusto.
En cuanto a Pizarnik, es igual lo que de ella se cite... absolutamente todo lo que escribió es bellísimo. Y muchas gracias de nuevo por tu amabilidad con mis letras.
Un abrazo.
Muchas veces los lugares, libros, situaciones...nos escogen a nosotros...y muchas otras veces nuestro deseo mas intimo e inconciente...milenario, nos conduce a los que precisamos en el momento adecuado...tal vez, llego Tu Momento...a traves de la Kabalah, uno de los muchos Caminos hacia uno Mismo...
ResponderEliminarCuando uno busca, generalmente no encuentra...pero cuando Encuentra comienza la verdadera Busqueda...
Como siempre, y no me canso de decirlo, maravillo y "encantador" relato...
...Y como dice el amigo, Antonio, la cita de Alejandra Pizarnik es realmente "bellisima"...
Gracias, amiga Cristal, por estos momentos Magicos!
Un abrazo
Mauro
Mauro:
EliminarCuanto más mayor me hago más pienso, como tú, que lugares, libros, situaciones o personas,,, nos escogen también a nosotros, a través de ese inconsciente colectivo que citas en tu comentario.
No lo digo en la entrada, pero ese fue uno de mis primeros contactos con la kábalah, al menos en este ciclo... :) porque para mi sorpresa, al subir al altillo donde se daba esa charla, todo me resultó familiar... como si hubiese estado ahí muchas otras veces, escuchando esas mismas palabras. Me fui de allí muy 'descolocada' pero muy en paz. Dime rara. (que lo soy)
Como sea, es un lugar que no frecuento en demasía, pero al que necesito ir de tanto en tanto. Es casi como una 'llamada" lo que experimento. Ya digo, raro raro rao... jeje
Por otra parte es una magnífica librería (o esa es la disculpa que me pongo :) que estoy segura de que te encantaría y si no vivieses en el otro lado del mundo, estaría encantada de mostrarte, si tuviésemos la suerte de encontrarla abierta... ya que son un tanto especiales en cuanto a horarios y sistemas. Algo que he hecho con contadísimas personas, porque no todo el mundo está, ni preparado... ni es capaz de apreciar un lugar así.
Muchas gracias por tus comentarios que me animan a seguir en mi particular 'sefirot'. Y un placer enorme, verte de nuevo entre mis letras, amigo. De verdad.
Un gran abrazo.
En Miquel, em va portar un cop al teu descovriment i vaig alusinar. Va ser com entrar a un altre món i al sortir semblave que haviem estat allà molt més temps del que en veritat havia passat.
ResponderEliminarI em va explicar, que no ovren sempre, només quan els hi ve de gust. Em va impressionar força, ja no queden llocs com aquest, una pena!
El teu preciós escrit, m'ha fet reviure la sensació de estar en un altre món. Fantàstic, com sempre.
Us trobo a faltar a tots dos :(
Ay Susanita:Como no echarlo de menos... en fin!
EliminarRecuerdo que me comentó lo que te había afectado el lugar, lo que para mí, dijo y dice, en tu favor. No todo el mundo es capaz de ver más allá de lo aparente. También que casi no lo encontráis... jeje, algo que pasa de tanto en tanto en esas callejuelas del call, que son todo un laberinto inextricable.
Un gusto saber de ti, querida. Y un beso enorme!
Cristal, leyéndote, me han entrado unas enormes ganas de conocer ese lugar tan lleno de magia y de misterio. Debió ser un choque encontrarlo, porque ya impacta solamente de leerte.
ResponderEliminarDe nuevo, magnífica entrada. Un placer siempre, leerte.
Godot::
EliminarPues tú lo tienes mucho más cerca, que el resto de los que hasta aquí os habéis asomado, amigo. Así que ya lo sabes, si te animas te facilito la dirección, a ver si hay suerte y lo encuentras abierto, el día que vayas. Magia y misterio no es lo que te va a faltar en ese lugar, te lo aseguro. Además de buena literatura. Muchas gracias por acercarte de nuevo y un abrazo.
Pues habrá que toparse con este sitio, porque ir buscándolo , salvo que pases la dirección es imposibl, y quizás la magia esté ahí, en encontrarlo sin pistas. Buena semana
ResponderEliminarFernando:
ResponderEliminarPoco le costaría a un avezado trotamundos como tú, encontrar ese lugar. Estoy segura. Los viajeros impenitentes :) temeis un olfato especial, para detectar lugares extraordinarios... Y este, lo es. Fue eso lo que me llevó hasta él. Y lo que queda del barrio judio de Barna, tampoco es tan grande como para que alguien como tú no lo hiciese. :)
Buena semana tambièn para ti.
'teneis' jo!
ResponderEliminarLas cálidas verdades de las viejas librerías de viejo, a mi me gusta más decir de lance, ese paraíso siempre reencontrado para todos aquellos que hemos tenido la suerte de vivir, trabajar y sentir rodeados de libros.
ResponderEliminarKrapp
EliminarTambién a mí, me gusta mucho más el término de lance. Y que suerte tienes de vivir, trabajar, incluso sentir... rodeado de libros.
Mi primer trabajo, allá en la era Gutenberg :) fue en una librería y ahora con la perspectiva que da el tiempo, me doy cuenta que es de los lugares en donde mejor y más a gusto me he sentido.
Un libro, todo un universo.
Hace mucho, mucho tiempo, callejeando por los recovecos del viejo Madrid, más para hacer tiempo que otra cosa, me di de bruces con una de esas librerías que mencionas, campanilla en la puerta incluida. El viejo del mostrador –curioso... con el paso de los años ya no me parece tan viejo- agachó un poco la cabeza para mirarme por encima de sus pequeñas gafas, sólo sujetas por la punta de su nariz, y con una mirada casi de fastidio, volvió ensimismado a su lectura. Siempre me sentí atraído por aquellos rincones oscuros en los que creí podría hallar el misterio que ocultan las cosas. Tampoco fue en aquella ocasión. Después de pasar por delante de varias joyas, todas inalcanzables para mí –no eran especialmente baratos- me fijé en unas cajas de cartón llenas de libros usados. Allí me topé con una pequeña maravilla, apología de la libertad sin paliativos, y cuyo recuerdo me ha acompañado siempre: “El enamorado de la osa mayor” de un tal S. Piasecki.
ResponderEliminarVolví muchas veces a esa librería, pero nunca pude permitirme ir más allá de las cajas de libros de segunda mano, aún así hice descubrimientos brillantes.
Siempre un placer leerte.
Alfil
EliminarBello lugar también el que describes. Deberíamos intercambiar 'cromos' :) Claro que desgraciadamente, estos establecimientos son una especie en extinción. Los encuentras un día afortunado y al siguiente han desaparecido :(
Y también yo descubrí (o viceversa) en mi rincón, a un escritor centro-europeo,como tu húngaro Piasecki. El mío es (fue) austriaco y autor de un clásico de la literatura fantástica poco conocido por estos pagos. Gustav Meyrink y su misterioso 'Golem' fueron una magnífica sorpresa, que me salió al paso en ese, no sé si tan extraño como especial lugar.
Como sea, tal como digo en comentarios anteriores, entre libros, es una de las formas en la que me encuentro más a gusto.
Gracias, por acercarte de nuevo a dejar hermosa huella.
Ah! y tomo buena nota de ese título que citas.
Jo vull anar amb tu, aquest lloc tan especial
ResponderEliminarSarita:
EliminarPues si hay suerte, ya tenemos plan para nuestro próximo encuentro :)
Un beso.
La imagen, la cita y tu texto me han seducido de tal manera que me atrevería a decir que he vivido esa experiencia casi en vivo y en directo. Hasta siento el aroma de esos mamotretos viejos y "quasi" desencuadernados... El mérito es de los tres ingredientes. Yo me he dejado llevar. Sin más...
ResponderEliminarBesos, Cristal
Luís A.:
ResponderEliminarOh... muchas gracias, por tu amabilidad. Y también porque te sé sincero :)
Creo que a ti, como a la mayoría de los que hasta aquí venís con frecuencia... os encantaría ese lugar lleno de magia y misterio. Un descubrimiento que considero todo un tesoro y donde el tiempo discurre de otra forma la mayor parte de las veces que me acerco hasta él.
Un gran abrazo, y de nuevo muchas gracias!