Imagen de la mirada de cristal
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Dedicado a una diosa de bellas manos, que vive con un gato, posee
una flor de lis y un pendiente en la nariz.
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Cuando se quiere saber donde se está, se cierran los ojos. Estamos donde nos encontramos cuando tenemos
los ojos cerrados: en la oscuridad y en el vacío. Solos.
El valle de los avasallados (Réjean Ducharme)
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Es en ese lejano momento
en el que crecemos, o creemos hacerlo… cuando somos conscientes por vez primera,
de que la disposición de las cosas no guarda un orden natural contra el que
nada puede hacerse. Un entonces, donde nuestras almas, al tiempo que poderosas aún bisoñas, son
capaces de hacer de la vida una construcción mental, que marcará la maraña de
caminos de nuestro futuro de forma importante. A través del sueño, del ensueño
o de un imaginario emocional de estímulos más o menos comunes… pero sobre todo, desde el deseo inaplazable de sucesos de una
infancia que, a pesar de la percepción
de la niñez que la detecta quasi eterna, al final cuando miramos hacia atrás,
resultó breve, aún en el peor de los casos.
Se desencadena ahí, en momentos puntuales que todos
recordamos con claridad, una visión del mundo en la
que intentamos satisfacer el ansia de dominio de un entorno, que la mayor parte
de las veces no se corresponde con lo que de él esperamos. Algo que se va
repitiendo aleatoria y periódicamente a
lo largo de los años.
Pero es en esas contradicciones entre lo material y lo
deseado, donde se fundamenta nuestro patrimonio vital que se alimenta de esas
paradojas de forma importante, influyendo de forma decisiva en nuestro comportamiento.
Aunque la tozuda realidad, a menudo
definitiva… contradiga a esa especial
sensibilidad que conforma y delimita nuestro ser más íntimo.
Efímera disquisición, que a pesar de esa soledad de la cita, quiero compartir,
además de con mi buena amiga Isis, con todos vosotros.
Oh Crystal... "Estamos donde nos encontramos cuando tenemos los ojos cerrados", sin duda. Y si, por fortuna, en ese oscuro vacío aparece una mirada de cristal que nos mira mirarnos, es posible compartirse y encontrarnos mutuamente, tan en el instante, tan en nosotros como en el otro. Gracias por este honor. Y por esa efímera disquisición de tu ser tan íntimo. Por tu complicidad, por tu presencia que siempre siento cercana :)
ResponderEliminarBesos miles****
Querida Isis:
Eliminarson estas unas letras inspiradas en tu post actual, ciertamente personal y 'a profundis' :)y que comentaré en tu espacio en cualquier momento. Pero con la calma que merece.
Leyéndote, vinieron a mi mente las palabras de esa maravillosa novela sobre la infancia del gran y 'extraño' Ducharme. Me recordaste a la Berenice que protagoniza esa historia... esa niña que sigue viviendo aún un poco en todos nosotr@s.
Un placer mutuo, este azar causal, que no casualidad... habernos encontrado en este laberinto.
Cerremos los ojos a la vez et voilà! cojámonos las manos. :))
Preciosa foto y precioso TEXTO Cristalook
ResponderEliminargracias, simplemente, gracias
Amparito:
EliminarEstaba claro que un alma especial como la tuya, sabría detectar muy bien el espíritu de este texto. También en ti, quizás de forma distinta a la de Isis... pero alienta asimismo, de forma imborrable la esencia de ese personaje de Ducharme. Creo que en realidad, somos multitud, y tenemos la curiosa característica de detectarnos.
Muchas gracias a ti, por decir que es precioso mi texto y por romper tu silencio.
Profundo....
ResponderEliminarCuidate
José Luís:
EliminarHummmm yo diría recóndito, incluso por raro que pueda parecer, espontáneo, pero muchas gracias por el adjetivo. Me cuido.
Y un abrazo.
Entras en mi cabeza y la vacías de algo que ni sabía que tenía.
ResponderEliminarHablaremos.
Sarita de mis amores:
EliminarHay demasiadas cosas en esa cabeza como para que se vacíe tan fácil :)
Pero vale, hablaremos.
En nuestro interior, sigue habiendo un niño que manda mucho. Es cuando no le escuchamos, que se tuercen las cosas. No he leído esa obra que mencionas, pero me has despertado la curiosidad y las ganas de leerla.
ResponderEliminarUn placer siempre, leerte, Cristal.
Godot:
EliminarPues sí, deberíamos escucharle mucho más, pero nos enseñan, o mejor diré: 'nos amaestran' para que no lo hagamos.
Y si no está descatalogado, ese libro, te encantará. Ojalá que lo encuentres, amigo.
Gracias por leerme siempre.
¿Te dije que la dedicatoria me pareción adorable??? :)
ResponderEliminarBueno, entre otras muchas cosas y atributos, que seguro no te faltan, una diosa, comme il faut, debe tener todo eso :)
EliminarUn abrazo grande, amiga cristalina...
ResponderEliminarY otro igual de grande para la joven del gato...
Antiqva:
ResponderEliminarY otro enooorme para ti, captador ¿o transformador? de bellas realidades alternativas... De las dos. Hasta del gato :)
En esas contradicciones entre lo material y lo deseado donde se fundamenta nuestro patrimonio vital también se manifiesta nuestra segura derrota ya que el deseo tan osado cree que domina el mundo simplemente por permitirse revolotear por encima de él.
ResponderEliminarPues sí, Doctor, a eso me refiero con lo de la 'tozuda realidad...' que acostumbra a colocarnos donde ella quiere y necesita. Pero aún así, esas contradicciones con sus derrotas y algún insólito triunfo... de ese osado deseo que mencionas, conforman -nuestro- mundo.
EliminarO quizás eso queremos creer. :)
"Cuando se quiere saber donde se está, se cierran los ojos. Estamos donde nos encontramos cuando tenemos los ojos cerrados: en la oscuridad y en el vacío. Solos."
ResponderEliminarSiempre, desde niño, he hecho eso: cerrar los ojos para saber dónde estoy. Pero no era oscuridad ni vacío lo que encontraba, sino el fabuloso tejido de los sueños, y en absoluto me sentía solo, sino en mi verdadero hogar.
Un abrazo, Crystal.
Me funciona regular el ordenador, pero no quería marcharme sin añadir que... muchas gracias por tu música, la melodia de tus palabras me gusta mucho.
ResponderEliminarEfectivamente, es en la infancia cuando todo toma un rumbo. En ella descubrimos quiénes somos, y quizás también quiénes seremos. La vida, el mundo... Todo ese laberinto, en el fondo, es sólo la pantalla, la pista, el camino. Los protagonistas, errores o aciertos aparte, somos siempre nosotros. Nosotros y todo lo que nos acompaña, que es mucho, jeje. ¡Muchísimo!
Otro abrazo, hada.
Antonio:
EliminarNo sé hasta que punto a ti, te influye esa 'tozuda realidad...' en tu caso, me parece que estás un puntito más allá... dicho sea con todo el cariño del mundo jeje. Me refiero, entre otras cosas, a esa ´mirada del sueño' que tantas veces mencionas como tu referencia primordial. Pero aunque al cerrar los ojos tu oscuridad cobre vida y color en tu imaginación, - la soledad y la oscuridad -siguen estando, más allá de esa mirada transformadora. En mi opinión, claro.
Y sí, en la infancia especialmente, pero también en la adolescencia o los primeros años de juventud, incluso en alguna encrucijada de la madurez, el laberinto se abre a caminos insospechados, a pesar de lo que sea o de lo que nos acompañe. Creo que tú sabes y podrías hablar mucho de eso...
En fin! venga ese abrazo, y ahí va otro Sr. Druida.
Sí, es cierto, estoy "un puntito más allá"... jeje. Mi mirada del sueño es lo que tiene, que me inoculó esta especie de locura para siempre. Y no sólo me gusta, sino que no sabría vivir sin ella.
EliminarUn abrazo, Sra. Hada.
Creo que si abrimos los ojos y seguimos "sabiendo" que en el fondo mantenemos nuestra esencia de los 4, de los 8, de los 15, incluso de los 20 años... vamos por buen camino.
ResponderEliminarUn beso sin disquisiciones! :-)
Mercedes:
EliminarPues no puedo estar más de acuerdo con lo que dices, mantener esa esencia, es básico para seguir sintiendo que no nos estamos traicionando y que seguimos 'on the road'. Siempre sabia y atenta, la escritora :)
Un placer, enorme, verte de nuevo por estos pagos, querida.
Alguna que otra vez cierro los ojos para recobrar la luz...que me permita ver el paisaje y el paisanaje de mi entorno de otra manera.
ResponderEliminarBesos
Claro, en algunas ocasiones, la única luz reside tras nuestros párpados.
EliminarNo esperaba menos de ti :)
somos efímeros y estamos solos...la dura realidad.
ResponderEliminarpero por ser efímeros y estar solos es que nos buscamos y hacemos esta cadena porderosa de palabra escrita.
luz, querida chica mala*
poderosa, quise decir.... :)
ResponderEliminarLuz, que no distinguiriamos sin la acogedora (a veces...) oscuridad.
EliminarSigamos pues, ejerciendo el poder de la palabra :)