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Con cariño, para un amigo muy querido
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En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias, no he gemido ni llorado,
ante las puñaladas del azar.
Si bien he sangrado, jamás me he postrado,
más allá de este lugar de ira y llantos
donde acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años,
me halla y me hallará sin temor.
Ya no importa cuan recto haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda...
Soy el amo de mi destino
Soy el capitán de mi alma
William Ernest Henley
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Extraordinaria definición poética de la integridad. Imagino que la persona a quien se dedica también era íntegra y fiel a sus convicciones del principio al final...
ResponderEliminarUn abrazo, Cristal
Magnífico homenaje a tu amigo. Bello, muy bello.
ResponderEliminarUn abrazo
Es un poema de fuerza, poder y luz en medio de las sombras. El desafío en la tempestad que hace más grande a quien lo asume.
ResponderEliminarafortunado amigo.
ResponderEliminarbesos*
Me dejaste sin palabras...
ResponderEliminarEl poema, la imagen y el video...
ResponderEliminarAWESOME*
mua!
Emocionante, tanto el texto como el vídeo, Cristal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Intenso y estremecedor porque pasa cerca. Terminal en sí mismo, como las pocas cosas que no admiten réplica.
ResponderEliminarDe inmediato me ha venido a la memoria uno de mis favoritos... sin duda algún hilillo los une... permíteme la invasión querida Cristal:
He ansiado alejarme
del siseo de la mentira gastada
del incesante grito de los viejos terrores
que crecen más terribles
a medida que el día avanza.
He ansiado irme pero tengo miedo
de que un pedazo de existencia aún intacto,
pudiera explotar al salir de la vieja mentira
y quemándose en el suelo, reventando en el aire...
me dejase medio ciego.
He ansiado irme pero tengo miedo...
Dylan Thomas
Fuerza y coraje, aún en las más graves dificultades.
ResponderEliminarBesos
Hola, Cristal.
ResponderEliminarMuy bueno el poema de William Ernest Henley. No lo conocía. Lleno de fuerza y de autodeterminación... Quizá por eso -aunque no tenga mucho que ver- me ha hecho recordar a un monólogo poético del Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand, cuyos versos finales dicen así:
En cambio... ¡oh, dicha, vencer
gracias al propio heroísmo,
fiando sólo en ti mismo,
pudiendo siempre a placer
himnos de gloria entonar
o denuestos proferir,
soñar, despertar, sentir,
lo que es hermoso admirar;
tener firme la mirada, la voz que robusta vibre,
andar solo, pero libre,
ponerte, si ello te agrada,
el sombrero de través,
por un sí o un no batirte,
hacer versos o aburrirte,
ser arrogante o cortés;
de la gloria y la fortuna
sin cuidarte, trabajar,
si te place, en preparar
lo absurdo... ¡un viaje a la Luna!;
no escribir nunca, jamás,
nada que de ti no salga,
y, modesto en lo que valga,
pensar que otro vale más;
¡y contentarte, por fin,
con flores, y hasta con hojas,
como en tu jardín las cojas
y no en ajeno jardín!...
En resumen: desdeñar
a la parásita hiedra,
ser fuerte como la piedra,
no pretender igualar
al roble por arte o dolo,
y, amante de tu trabajo,
quedarte un poco más bajo,
pero solo, siempre solo.
No dice lo mismo que Henley, pero algo hay de similar en su rabioso individualismo. A mí me emocionó cuando lo oí por primera vez en la película homónima que interpretaba Gerard Depardieu.
Un abrazo, hada.
Pocas, pero hay almas indomables en este mundo, que por más miserias y dificultades que se les presenten, nunca llegan a ser vencidas por ellas.
ResponderEliminarY cuanto más vieja me hago, más creo que el grado de integridad personal de cada uno, es algo que nos viene dado, como ser rubio o moreno, porque hay cosas que no se aprenden, solo "son".
Un abrazo y gracias por acercarte de nuevo.
Fernando:
ResponderEliminarLa verdad es que el poema de Henley, otra alma "inconquistable" se le ajusta como anillo al dedo a mi amigo.
Muchas gracias por pasar de nuevo y dejar huella.
Krapp:
ResponderEliminarPues sí, doctor, es este un texto de desafío en medio de la tempestad más oscura.
El autor, íntimo amigo de Stevenson, y en quien se inspiró para su personaje John Silver el Largo, de la Isla del Tesoro, fue alguien con una vida difícil a la que supo hacer frente con la valentía y dignidad que denotan sus palabras en ese poema.
Un bico, Krapp.
Mi Rayu:
ResponderEliminarNo sé si afortunado... pero sí muy querido, niña Rayu.
Besos miles***
Malvada:
ResponderEliminarEntiendo tu "sin palabras" querida, sobre todo si es la primera vez que lo lees...
¿Sabes? este es un poema que acostumbraba a recitar otra alma inconquistable como la de Nelson Mandela, en sus peores noches de tortura en la Sudáfrica del apartheid.
Un beso, preciosa y gracias por acercarte.
Isis:
ResponderEliminar"AWESOME" es también una buena definición para el espíritu de mi amigo. Te lo aseguro.
Besos, Maga.
Godot:
ResponderEliminarSi, la verdad es que ambas cosas desbordan emoción, amigo.
Gracias por acercarte de nuevo.
Alfil:
ResponderEliminarPara nada "invade" este espacio, quien bien recibido es, amigo Alfil. Y sí, hay cosas que no admiten réplica y este texto es uno de esos.
Como la de Henley, de quien doy noticia en comentarios anteriores, tampoco la trayectoria vital de Dylan Thomas,fue un camino de rosas precisamente y así lo refleja toda su obra de la que dejas buena muestra en ese poema.
Muchas gracias de nuevo por acercarte y por tu acertada sensibilidad.
Virgi:
ResponderEliminarSí, fuerza y coraje eso es lo que intenta transmitir este maravilloso texto de Henley.
Besos, preciosa.
Antuán:
ResponderEliminarEstá claro que el texto de Henley te recuerda a Cyrano, porque también él en medio de sus innumerables dificultades fue un alma "inconquistable". Como tantas.
Precioso, el fragmento que nos dejas de esa obra, que no es de extrañar que agrade a un neorromántico como tú.
Un abrazo y gracias por pasarte, amigo.
Gracias a ti, Cristal
ResponderEliminarUn abrazo de un lobo "neorromántico"