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El reverso oscuro campa a sus anchas y la esperanza hace ya, que dormita bajo un sombrío manto de polvo. Justo ahí, donde antes habitaba el alma. Hora tras hora, como llamas en mitad de la corriente, se desvanecen los recuerdos sin atreverse más que a husmear en la herida fresca que aún se rastrea en el ambiente…
Un enigma bajo llave.
Después del inventario, un único reparto de remotas fotografías, deciden que todo lo demás sea pasto de resolución ajena. Saben que no deben vaciarla… el lugar y su “genius loci” no desean ceder su misterio. Nunca.
Sólo queda permanecer tras el cristal de esa madrugada con los ojos vacuos observando el jardín lleno de matojos, las hiedras asfixiando los vetustos muros y el columpio oxidado donde descubrieron a Baudelaire bajo la luna llena. Con la vaga sensación de estar soñando...
Un sosegado aroma de glicinias viaja hasta ellas desde el asolado cenador y por un momento, vuelven a escuchar sus risas infantiles junto al sonido de sus pasos hollando la grava recién rastrillada, tras el seto bien recortado.
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Me quedo, amiga, con la vaga sensacion de estar soñando...
ResponderEliminarUn abrazo, Cristal
Algo debe tener esa música parida en los desiertos, cuando es capaz de elevarte unos peldaños permitiendo que el mundo se deslice por debajo, mientras observas ajeno.
ResponderEliminarAlgo deben tener los desiertos, áridos y vacíos, para ser capaces de aguzarte los sentidos hasta hacerte oír tus propios adentros.
Algo venido de desiertos debe tener tu voz…
Quizá cerrando los ojos…
alguna vez
ResponderEliminarfui casa y camino
besos, crystal*
hola Crystal.
ResponderEliminarUn post muy sugerente y evocador. Te hace ir a otros lugares, quizás perdidos, pero no olvidados.
Bella música para acompañarlo. Genial ¡¡¡¡
La naturaleza desbordante no tiene piedad cuando el tiempo del hombre ha pasado: jardines destruidos por la maleza y la hiedra, pabellones convertidos en nidos de ratas o excrementos, cenadores mugrientos, columpios abandonados. Paisaje de desolación y de vida que no se doblega. Renace la naturaleza cuando desaparece el hombre. Me parece bien.
ResponderEliminarHoy has hecho magia Cristal, nunca combinaron tan bien, tus palabras con la música elegida... Me has transportado hacia un lugar misterioso donde lo nómada convive con lo sendentario y hasta mí llega el intenso olor de las glicinas...
ResponderEliminarHay lugares que llevamos dentro, sin importar el tiempo transcurrido.
ResponderEliminarMaravillosa música.
Me gusta, me encanta la versión de Cassidy, pero si tuviera que rescatar una para meterla en un arca y así salvarla para la posteridad, esa sería la de Judy Garland haciendo de Dorothy en el Mago de Oz. Sublime.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=U016JWYUDdQ
Un abrazo
Chuff!!
Como el tremolar de la bandera en el barco del tiempo, levemente agitada por la brisa del recuerdo, esa brisa que hiere pero a la que nunca renunciaremos, porque forma parte de nuestro ser más íntimo. Así veo tu sentido y precioso escrito, amiga Crystal.
ResponderEliminarUn abrazo.
La mirada sin duda de dentro afuera y para acompañar ésta música que parece de otro mundo o de lo mejor de nuestros sueños.
ResponderEliminarUn placer.
Saludos emocionados
El aroma de las glicinias colgando como lámparas en el jardín de nuestros recuerdos. Y la música, envolvente y atávica.
ResponderEliminarMelancólico, hermoso, triste, húmedo, sereno, sabio...
Besos
A veces los lugares duelen tanto o más que las personas.
ResponderEliminarDura despedida la vuestra, Cristal
Eso de “reparto de remotas fotografías” me trae a la memoria muy tristes recuerdos. Espero y deseo que las sensaciones que expresas con tales palabras no tengan que ver con las que me han suscitado a mí...
ResponderEliminarPor eso, sigo la lectura un tanto sobrecogido, y me quedo con ese retorno de “sus risas infantiles”... Tristes “recuerdos del placer perdido” quzás...
La música de Armand Amar como colofón a tan bello texto me deja el ánimo pleno de melancolía. Contagio del tuyo, ¿quizás?
Un abrazo comprensivo y solidario, estimada Cristal
Qué desolación......
ResponderEliminarTu escrito estremece.
Mil besos.
Evocador, nostálgico...y el dolor de esa verja cuando se despide, emociona.
ResponderEliminarUna preciosidad Cristal.
Un beso y feliz semana :)
Qué belleza de texto, Tocaya. Observo con sumo interés que en mi ausencia te has superado.
ResponderEliminarMe ha parecido recorrer contigo esas estancias vacías y sentir en la piel la humedad que rezuman las paredes...el jardín lleno de hierba salvaje y el olor de las glicinias.
Sencillamente espléndido.
Un abrazo.
Vaya, el tiempo se queda pegado a los lugares y luego amarillea...y huele a It´s too late...y a veces hasta suena.
ResponderEliminarMe gustan tus imágenes. Después de leer el relato, todavía quedan frescas en la memoria. Estupendo viaje.
ResponderEliminarUn abrazo Cristal!
La casa de la vida que nunca parte. Qué bellas imágenes poéticas transmites. Estoy mirando mi casa a través tu ventana...bella nostalgia.
ResponderEliminarMi afecto.
Antiqva:
ResponderEliminarSoñar siempre ha sido una buena actividad, la que nos hace "despegar" la mayoría de las veces.
Soñemos pues, amigo.
Besos.
Alfil:
ResponderEliminarHay músicas, letras, pinturas... el arte en general, nos ayuda a elevarnos por encima de las miserias que nos conciernen. Armand Amar y Levon Minassian, los autores de la bella música que acompaña a esta entrada, son de esa clase de artistas. Ellos la califican como la "música de la Tierra" y creo que aciertan ¿verdad?
Y el dolor de la "partida" de un lugar amado, en el que se ha sido feliz... puede, con el tiempo... dejar un bello recuerdo.
Gracias por tus palabras y por acercarte de nuevo.
Un abrazo.
Rayu:
ResponderEliminarY algún día volveremos a serlo, niña sabia.
Yo me "pido" camino, jeje
MUA!!!
Fernando:
ResponderEliminarPues que un "viajero" de tu calibre y enjundia, diga eso de mis letras, es todo un halago, así que muchas gracias por tu sensiblidad y amabilidad.
Un abrazo, amigo.
Krapp:
ResponderEliminarTienes razón, como casi siempre... Absolutamente todo! tiene su tiempo... Pero a pesar de saber eso... la despedida, aún la buscada... acostumbra a ser onerosa y amarga. Reconvertir esos recuerdos en "patrimonio emocional" también lleva su tiempo ¿verdad? Aunque todo termine por llegar.
También a mí me parece bien!!!
Malvada:
ResponderEliminarHay músicas que transportan y todo lo elevan... la de Armand Amar es de esas, mucho más que el mérito de mis letras. Me alegra que te gustase, Bruja.
Un beso.
Godot:
ResponderEliminarAsí es amigo, Godot, lugares, personas, vivencias... que nos acompañan y nos conforman tal como somos. Es bueno, no olvidarlo.
Un abrazo.
Zen:
ResponderEliminarMaravillosa e inolvidable esa versión que citas.
Un beso.
Antonio:
ResponderEliminarSí, hay lugares, que son "bandera", porque por más tiempo que pase, siguen viviendo en nosotros.
Muchas gracias por acercarte de nuevo y por tu amabilidad con mis letras.
Un abrazo.
Abril:
ResponderEliminarSin duda es emocionante la música del binomio Amar-Minassian. Pertenece a ese documental tan premiado en el 2010 (HOME) que en tu caso es más que probable que conozcas.
Un beso y gracias por acercarte y dejar huella.
Virgi:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus "calificativos" y por pasar y dejar tu amable huella.
En la música, todos de acuerdo, por lo que veo. Una maravilla.
Besos!
Sara:
ResponderEliminarPues sí, siempre son duras las despedidas de lo que se ama o se ha amado, sin importar el sujeto o el objeto de ese amor. Pero todo tiene su tiempo y aunque no se olvide... termina por "pasar". Sin más.
Un beso y gracias por pasar.
Luis A.:
ResponderEliminarPues mucho me temo que ese "reparto de remotas fotografías" se corresponda con lo que rememorabas al escribir tu comentario. La verdad es que la vida, en general y la de todos... se parece bastante. Todos pasamos por trances similares. Creo que pocas cosas quedan ya por inventar y "existenciales" aún menos.
Pero como bien sabrás, a pesar del poso de nostalgia que puedan dejar nuestras vivencias, todo termina por pasar. Y menos mal que así es, porque si no el dolor de los recuerdos nos aplastaría.
Pues eso, y un abrazo.
Mercedes:
ResponderEliminarTodo un placer siempre,verte y saberte de nuevo entre mis letras.
Gracias por leerme y dejar huella.
Un beso.
Tonet:
ResponderEliminarHay lugares, sobre todo los de "infancia", que nos acompañan y forman parte de nuestro patrimonio emocional ¿verdad?
Un beso y muchas gracias por tu amabilidad y por pasarte, Tonet.
Tocaya:
ResponderEliminarQue alegría verte y encontrarte de nuevo, aquí y por ahí...
Muchas gracias por tu amabilidad y por leerme, querida.
Un abrazo. Uno grande.
MBI:
ResponderEliminarEl tiempo, ese innombrable, todo lo amarillea y de alguna forma, a través del recuerdo, no nos deja marchar de esos lugares...
Siempre me gustaron las ventanas, las vivo como un "respirar hondo". Y aunque casi nunca es demasiado tarde,andan muy lejos de la perfección de las tuyas.
Gracias por acercarte y dejar huella, preciosa.
Aseret:
ResponderEliminarPues muchas gracias por decir eso de mis letras y por acercarte a dejar huella.
Un abrazo!
Daniel:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu afecto, por tu amabilidad y por tus letras siempre bellas.
Un abrazo, amigo. Y un placer siempre saberte ahí.
Ahh!! que bello lo que escribes, me encanta.
ResponderEliminarMuchas gracias, quien quiera que esté detrás de esas letras.
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