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Es la promesa de ese mundo vegetal, en el que la van sumergiendo sus pasos sin rumbo, lo que la hace detener el coche en la cuneta de esa carretera perdida, donde parece haberse extraviado de forma ¿fortuita?
Un impulso inesperado de una breve tarde de noviembre que huye presta de claridades y bullicios, para refugiarse en la serenidad de una luz en soslayo que se tamiza agradecida entre los árboles de ese bosque espeso y solitario.
Se adentra en él hasta que ya no hay rumor de civilización. Sólo una frondosa espesura invade la senda con el vestido dorado-rojizo de arces y robles. Se percibe un extraño silencio apoderándose del sempiterno tiempo de un Otoño indeciso que viene pausado, sin prisa...
Está ahí, olisqueando el bosque como un animal más… abducida hasta el tuétano. Detenida. Con la certidumbre de pertenecer a ese mundo antiguo, donde desaparecen urgencias y premuras… “in of"...
Y con la luz precipitándose en picado a toda velocidad, le llega un último regalo que galvaniza su respiración. Las sombras alargadas de una jabalina con sus jabatos, pasan rozando sus pies, mientras sus siluetas se recortan no muy lejos entre la vegetación… nimbadas por una prodigiosa luz de atardecer.
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Una descripción dominada por la belleza, al leerla uno también siente que detiene su motor a la vera del camino,
ResponderEliminara veces la distracción puede ser una forma (la mejor) para atraer la delicada luz de un amanecer, en el sentido menos exacto de la palabra amanecer. Y darle la espalda a la solemnidad siempre trae buenos resultados.
Un abrazo
El otoño es un momento magnifico para los que amamos la fotografia, bueno y la vida... A mi me encanta especialmente...
ResponderEliminarAunque la primavera es un buen momento para el amor... Y el invierno, con los frios, resulta muy apropiado para los achuchones, y el verano, con sus calores, muy propicio para quitarse la ropa y echarse al toro...
Uhm, creo que todos los tiempos son buenos...
Je,je,je...
Un abrazo, cristalina amiga
Maravillosos momentos Cristal. Toda una epifanía a las que sólo el azar acostumbra a llevarnos. Descrita de forma perfecta.
ResponderEliminarAunque la única vez que me he tropezado con un jabalí, fue en la carretera con el consiguiente susto y frenazo, pero gracias a Dios no pasó nada.
Te envidio sanamente jeje.
Qué bonito cristal y que buena descripción que te mete de lleno en el Otoño y todo lo que representa.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues me alegro por ese regalo de otoño, Crystal. Qué maravilla cuando uno se encuentra con cosas así, inesperadamente, y se siente como encantado, ¿verdad?
ResponderEliminarSon esos momentos en los que parece que la magia se cuela en la vida, en nuestra vida, y nos dice cosas, cosas que tienen que ver con los mejores sueños, y con la auténtica realidad.
Ese "mundo antiguo", es nuestro verdadero mundo.
Un abrazo, hada.
BONITO, SUGERENTE Y EMOTIVO.
ResponderEliminarCUIDATE
Un lujo encontrarte con un regalo así, sin esperarlo. La vida nos sorprende a la vuelta de la esquina y cuando abrimos los sentidos a la naturaleza, tan generosa siempre, las sorpresas pueden ser tan gratificantes como la que cuentas.
ResponderEliminarUn beso
Es difícil describir algo bello, pero más difícil es "verlo", apreciarlo...y tu Cristal, eres capaz de hacer ambas cosas.
ResponderEliminarUna delicia de entrada.
Besote
Es dificil dejar de ver en todo lo que nos rodea el tiempo que se nos escapa de las manos..de nuevo el otoño con esa paleta de colores tan espectacular.
ResponderEliminarCada imagen que nos dejas es un cuadro que admirar.
Tantos recuerdos y tantos momentos por vivir.
Es un regalo estar vivo y si puedes compartirlo aún mejor.
La canción preciosa y la voz de Eva tiene la calidez de todos los otoños que nos queden por vivir
Saludos :-)
Me encanta el otoño estacional y más aún el que tú describes con aires poéticos.
ResponderEliminarNo pienso lo mismo del otoño de nuestras vidas...
Un fuerte abrazo
Qué buen extravío ese que es ¿fortuito?, siempre tiene la habilidad de llevarnos allá donde debemos estar. A veces, los dioses pueden ser benévolos.
ResponderEliminarUn beso gigante y un fuerte abrazo para ti, querida hada Cristal.
Dan ganas de echarse al monte y vislumbrar algo tan hermoso como lo que describes pero está tan lejos que da pereza salir de la torre de marfil.
ResponderEliminarTot un privilegi, llegir-te. Ell tenia raó, com sempre. Un petonás!
ResponderEliminarSusan.
Qué pudo sentir la jabalina? Y los pequeños jabatos, quizás enfrentados a su primera experiencia humana? Entre las hermosas luces del relato, y bajo esa poderosa «certidumbre de pertenecer a ese mundo antiguo donde desaparecen urgencias y premuras...», me queda esa duda o desvarío como una raya más de la alegre melancolía otoñal (plenitud) que tan bien describes. Bicos!
ResponderEliminarel otoño es mágico, especial para los que somos "de ese mundo antiguo..."
ResponderEliminarextravío fortuitos? no lo creo...
mil besos, vecina*
Juan:
ResponderEliminarPues sí, hacer una pausa en medio del stress de nuestras vidas, resulta casi siempre una buena idea. Sea por distracción o por cualquier otro motivo...
Muchas gracias por tus palabras y un abrazo también para ti.
Antiqva:
ResponderEliminarEl Otoño tiene la luz perfecta para eso "fotones" que tu haces, Antiqva.
Claro que por lo que dices,a ti cualquier tiempo te viene bien, lo que es todo un privilegio.
Pues nada, a seguir disfrutando y "haciendo travesuras" en compañía jeje!
Un abrazo
Godot:
ResponderEliminarEstoy muy lejos de perfección alguna, amigo Godot, pero muchas gracias por decir eso.
Por lo demás tuve mucha "suerte" esa tarde al encontrar ese bello camino, al que volveré sin duda con más tiempo.
Muchas gracias por volver.
Fernando:
ResponderEliminarPues me alegra que mi pequeña distracción, te haya llevado a la belleza Otoñal de esos momentos.
Todo un placer encontrarte entre mis letras.
Un abrazo.
Antonio:
ResponderEliminarPues sí, amigo, como un regalo lo percibí en esos momentos y así lo sigo viendo. Quizás por lo inesperado de todo el episodio.
El camino de "per se" ya era un auténtico regalo y ver a esa familia de jabalíes fue... ¿como la guinda del pastel? O pura magia, como tu dices.
Un abrazo.
JLMON:
ResponderEliminarAmable, benévolo y encantador...
Me cuido.
Virgi:
ResponderEliminarPues así lo veo yo también, Virgi. Como todo un lujo sin duda. De esos momentos que se "atesoran" y no se olvidan. Mágico de verdad y con valor suficiente como para compartirlo.
Un abrazo.
Tonet
ResponderEliminarBueno, creo que es una sencilla cuestión de sensibilidades, y sospecho que tú y yo, la tenemos bastante afín.
Estoy segura de que te hubieses maravillado en la misma medida que yo.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Abril:
ResponderEliminarEl Otoño es el tiempo de la madurez y de la recolección... o del recuerdo, quizás lo único que podemos mantener vivo...
Y la voz de Eva, aunque ella ya no esté, sigue siendo todo un lujo, desde luego que sí!
Un abrazo, Abril.
Luis A.
ResponderEliminarPor lo que veo somos "multitud" a los que nos gusta el Otoño estacional, de lo que me congratulo.
En cuanto al otro... por el momento y mientras no se pueda escoger en exceso, habrá que aceptar las limitaciones de esta dimensión temporal que nos concierne y "atrapa", (cada vez creo más, que sobre todo por cultura...) y seguir avanzando como mejor podamos a través de él.
Así que te deseo muy feliz viaje Luis A.
Y un abrazo.
Fairy Hellen:
ResponderEliminarHace ya, que no creo para nada en la casualidad, sino en la "causalidad" otra cosa es saber o dirimir el objetivo de porqué eso es así...
La verdad es que por el momento, la bifurcaciones del camino son inescrutables, si no es a "toro pasado" ¿verdad?
Pero quizás a no tardar, consigamos deshacer y comprender ese nudo temporal que nos concierne y que tan mal "percibimos". Ojalá!
Un besazo.
Krapp:
ResponderEliminarA ver... lejos, lejos, lo que se dice lejos... va a ser que no tienes vd. el monte Doctorcito... porque lo que nunca ha faltado ahí, son bosques y montes llenos de magia. Otra cosa son las ganas o la oportunidad con que lleguen las cosas. Eso sí.
Así que, a ver si te animas a darte una vuelta por cualquier bosque de Kaskarilleira.
Un abrazo y gracias por decir eso de mis letras.
Susanita
ResponderEliminarÉl, lo que tenía era un gran aprecio por esta menda... pero sea como sea, me gusta saber que estás ahí.
Un besazo y cuídate mucho.
Alfredo:
ResponderEliminarPues creo que no me vieron... pero si lo hicieron, y es muy probable que así fuese... no me consideraron una amenaza inminente, porque pasaron tan tranquilos. Los animales "salvajes" casi siempre son más sabios que los "civilizados" humanos y perciben muy bien cuando pueden y cuando no... confiar. Y eso fue quizás lo más emocionante de ese momento.
Muchas gracias por acercarte y dejar huella, Alfredo.
Un bico. Ou dous.
Rayu:
ResponderEliminarPues no, vecina. No hay extravíos "fortuitos" en ese mundo antiguo...
De eso, también yo estoy segura.
Un besazo chica mala. Uno enorme.
La vida te regala preciosos momentos, y curiosamente muchos de ellos te llegan cuando estás o te sientes perdid@...
ResponderEliminarPor eso me gustan las estaciones 'puente', por sus colores y, sobre todo por la inspiración que se trasforma en palabras como las tuyas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, para nada Malvada, la vida siempre nos sorprende, cuando menos lo esperamos.
ResponderEliminarBueno, verte entre mis letras.
Un beso.
Gabi:
ResponderEliminarSí, y el Otoño en particular a algunos nos "toca" de forma especial.
Gracias por seguir ahí y por tus siempre amables palabras.
Un abrazo.