
¡Hola! Sí, esa soy yo.
A punto de cumplirse el segundo aniversario de este espacio y sin un motivo concreto para ello, he creído que era un buen momento para que la niña de mi avatar, que os seguirá acompañando, diese ese estirón que mencionaba en el primer cumpleaños de La Mirada de Cristal e hiciese un primer y en principio único viaje, desde el País de Nunca Jamás a vuestra realidad.
A lo largo de estos dos años, sin importar el tema escogido, por extraño o espinoso que haya sido… muchos, me habéis ido siguiendo entrada a entrada desde que en un buen día para mí, nos descubrimos. Algo que nunca os agradeceré bastante. Incluso a los que pasáis sin dejar huella o solo de tanto en tanto. También a los que os acercáis con una fidelidad que roza la devoción, sin tener blog o como “anónimos”. Sobre todo en esta última época, en la que por motivos profesionales y también personales, ando más escasa de tiempo de lo que me gustaría para comentar con más asiduidad en vuestros espacios, a los que sigo acudiendo, aunque de forma más irregular. Y si tengo que escoger, prefiero leer en los máximos lugares posibles, antes que comentar. Es más “limpio” y me mantiene en el día a día de todos vosotros, para cuando lo hago. Así que ya lo sabéis, aunque no me veáis, tened la seguridad de que como ET, “estoy ahí mismo…” Je!
Agradeceros además, el respeto exquisito en todos vuestros comentarios por más diferente de la mía que haya sido vuestra opinión sobre lo que he escrito. Sois un ejemplo de pluralidad, tolerancia y educación incluso a veces, según el tono de la entrada de ironía fina…
De nuevo no nombraré a nadie, porque seguro que me olvidaría de forma involuntaria pero ominosa, de alguno de vosotros. Lo que si os digo es que hay veces, que cuando llego a vuestras bitácoras y veo que tengo un montón de entradas acumuladas para leer, me alegra por lo que voy a disfrutar. Por algo os he escogido… pero al mismo tiempo no puedo evitar pensar, que los habéis, a los que las musas os quieren de una forma especial y sois prolíficos hasta la envidia… (la que a mí me da, claro… jeje!)
Sea como fuere, la imágen y algo más, que explicaré en las próximas líneas, quieren ser un pequeño homenaje a todos vosotros, que sois lo mejor de “La mirada de cristal” sin duda alguna. No es una foto especialmente buena, me la hice yo misma con el móvil hace unos días, pero se me ve más o menos bien y sirve perfectamente a mi propósito: que por una vez, veáis la cara de quien también os sigue post tras post y encantada de la vida! lee y contesta vuestros comentarios. Solo me resta pues, deciros en qué consiste lo que de alguna forma quiere ser otro humilde obsequio a vuestra amabilidad y fidelidad hacia mis letras. Poco a poco, e intercalado con otros temas, iré desgranando una serie de entradas “personalizadas” y dedicadas a cada uno de mis enlaces, inclusive a algunos de los que no constáis en el blogroll de esta bitácora, por mi proverbial pereza y despiste. Y eso es todo.
¡MUCHAS, MUCHAS, MUCHAS... GRACIAS!!