martes, 13 de diciembre de 2011

On the road...



                                                          Imagen de la mirada de cristal
                                                           ________________________


Hay puntos e inflexiones en nuestro camino, que a veces detienen  esa vorágine de acontecimientos cotidianos que devoran nuestro tiempo de forma voraz y nos ponen en disposición de reflexionar, que de alguna manera es también una forma de soñar nuestra realidad.  O de intentarlo. Sobre todo, si ya existe esa tendencia previa.  Los próximos párrafos que leeréis, los que tengáis a bien hacerlo, no descubren nada que la mayoría no sepáis o que no os hayáis planteado alguna vez. Pero hoy, como dice la canción, es mi gusto compartir estos dos trazos y un borrón, con los que hasta aquí os acerquéis.
   
Renunciar a no importa que sueños,  a sabiendas de  que dejas pasar un tren que no volverá a pasar… o al otro por un “otro” que ya no es nuestro “otro”… incluso renunciar a  uno mismo, en aras de una realidad que ya nos es ajena, incluso absurda y paralizante,  por simple miedo o desesperanza de no alcanzar lo “eterno” en lo que soñamos en otra bifurcación del camino… hasta por unos daños colaterales que a la larga resultan no ser tales en la mayoría de ocasiones, parece de una absurdez palmaria y siempre dolorosa.

Un insulto inexplicable de todo punto a nuestra inteligencia “natural”, que nos pide el  cese de ese error continuado de una forma incesante.  Pero esta equívoca situación, que muchas veces puede convertirse en tremendamente castradora para quien la sufre, se produce millones de veces todos los días a nuestro alrededor. También  en carne propia.  ¿Quién no tiene un sueño “en renuncio” en un cajón? a la espera de ese momento oportuno, del que en el fondo tenemos la certeza que no llegará jamás! Porque jamás le daremos chance…  Ni siquiera cuando tras un análisis exhaustivo e imparcial de esa misma situación, comprobamos que ya no es esencial en absoluto más allá de la fuerza de la costumbre, ni nuestra presencia ni nuestro soporte a no importa el intrínguli que nos ocupe o preocupe.

No es baladí aquí tampoco, el tema de una falsa seguridad,  en la que la mayoría creemos estar instalados si vivimos como se espera de nosotros en no importa la cultura que nos habite. Aunque siempre haya un momento en que los años y los espejos desmientan ese falso amparo de forma evidente. Algo que nos enseñan a rechazar también desde niños. Uno no debe salirse de la raya prevista, si no es para triunfar al “uso”. Un movimiento  que acostumbra a excluir  a pusilánimes y medrosos, de lo que creen un futuro incierto. Pero la verdad es que el porvenir siempre será una nebulosa borrosa e imprecisa., porque hoy estamos y mañana no estamos… y eso es lo único cierto.

Quizás lo peor de todo sea, que aún habiendo abandonado confesiones religiosas,  que obviaré analizar aquí u otras tribus e instituciones varias como familia y demás…  y dejando en el aire  motivos y hábitos de otras civilizaciones, este comportamiento, es algo que forma parte habitual de nuestra cultura “judeo cristiana”, basada por completo en un sentido de “culpabilidad”  tan fuertemente arraigado en nosotros desde la cuna, que resulta realmente difícil desprenderse de esa rémora, que nos detiene tantas veces.  Nos imbuyen desde niños hacia una errónea y sobre todo falsa, “falta de egoísmo propio”, que es la que nos induce en la mayoría de  ocasiones a esa renuncia a nuestros  sueños, a nuestras metas primigenias. O a legítimas segundas o tropecientas oportunidades. No estoy proclamando la falta de responsabilidad ni el  abandono insensato, sino el compromiso propio con nosotros como sujetos y directores de nuestro propio itinerario vital, que es en última instancia la única responsabilidad final de todos y cada uno de nosotros.

Cambiar nuestra realidad, si ese es nuestro auténtico  deseo, pasa muchas veces por romper con nosotros mismos. Algo ciertamente difícil y que exige un proceso, un viaje a la auténtica madurez, asumiendo nuestras propias contradicciones… aunque eso signifique renunciar a las innumerables “comodidades”, que en el  fondo no son tales (nada que nos atrape… puede ser cómodo) en las que nos afincamos por rutina, cobardía o pura inconsciencia.
  
Así que os deseo muchos ataques de ese extraño sentido común, que acostumbra a ser el menos común de todos los sentidos … y algún que otro acceso de valentía para romper las cadenas que os aten a lo absurdo que haya en vuestra vida e ir más allá del intento.

Suerte y felices días a todos!
                                                       

27 comentarios:

  1. Lo voy a tomar muy en cuenta; el texto expresa muchas cosas que siempre pienso y me cuesta mucho llevar cabalmente a la práctica... no obstante es un gusto haberlo leído (mucho más que un gusto, un dulce estremecimiento intelectual),

    Gracias, un fuerte abrazo.

    Pd: ir más allá del intento, ir más allá (no lo voy olvidar).

    ResponderEliminar
  2. Tu entrada, emotiva y con sustancia, me ha hecho recordar a la diferencia entre "egoísmo" y amor propio, eso que Jung llamaba "individuación", y que tiene que ver con el Self, es decir, con encontrar nuestra verdadera esencia.
    Más allá de comodidades o seguridades varias, está el maravilloso juego de la vida, un juego que puede ser peligroso, sin duda, pero que es lo único que merece la pena. Porque en comparación con él, todo lo demás se difumina en sombras grises y anodinas que, a pesar de una aparente "comodidad", demuestran ser lo que son: sombras.
    La vida es difícil, eso lo sabemos todos, y exige decisiones. El camino está ahí, las bifurcaciones están ante nosotros, y somos sólo nosotros quienes decidimos tomar una u otra. Luego el tiempo nos dice si acertamos o no. Pero, en principio, soy de los que no se arredra ante el cambio. Si algo brilla a lo lejos, este caminante irá tras ello.

    Un abrazo, amiga Crystal, y gracias por tu reflexión y por tus buenos deseos.

    ResponderEliminar
  3. Eso es lo que llamabais un ataque de lucidez? Pues ahí tus ovarios!
    Susan

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Dices muchas cosas y todas ciertas, Cristal. Pero parece que no aprendemos y seguimos creyendo que tendremos ese tiempo que nunca llega.

    Gracias por la reflexión.

    ResponderEliminar
  6. Curioso que le llames sentido común a ese instinto primario e intuitivo que nos va guiando a cada uno de nosotros entre la niebla. Desde mi punto de vista el sentido común es justamente lo contrario: el que te induce a ser como los demás, el que se impone desde fuera, desde las convenciones, tradiciones y normas.
    Todos subsistimos en el sentido común pero a veces la intuición que siempre es juguetona se permite ponerse delante para intentar desviarnos de esta cañada ovejuna por la que estamos condenados a viajar.

    ResponderEliminar
  7. Nos educaron en el sentimiento de culpa, pero también en la necesidad de cumplir sueños como objetivo vital, los nuestros o los de los otros. No hacerlo o intentarlo es un error, aunque creo, más bien, que en la vida hay que soñar menos y fluir más.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  8. Hola guapa
    Seni ....
    Ya sabes que nos educaron para el "valle de lagrimas" como dice Fernando y después debe ser eso la leche porque nadie vuelve para contarlo.
    Cuidate

    ResponderEliminar
  9. Observo, no sé si es una visión personal o compartida, que con el tiempo vas sustituyendo los sueños propios por los de las personas que estimas. O quizás vas llenando el vacío personal con otros ingredientes. Es todo tan complejo...

    A esto tampoco se le puede llamar generosidad. Se trata, más bien, de que vas asumiendo con no poco pesar que el futuro personal cada vez tiene menos razón de ser y por eso haces tuyo el de los demás...

    Lo del sentido común es como eso que llamo normal en mi última entrada. ¿Qué es? No lo sabemos y sin embargo siempre estamos apelando a la normalidad y al uso de ese sentido tan poco común y tan...soso.

    Un abrazo, Cristal (perdona que más que comentar, divague...)

    ResponderEliminar
  10. A veces los caminos de la renuncia son más fáciles de lo que, a primera vista, parecen. Sólo hay que entregarse un poquito a los demás sin esperar nada a cambio. El objetivo no tiene por qué ser la renuncia a nada, ni el conformismo, ni la autocomplacencia, y sin embargo, sin darnos cuenta, habremos alcanzado nuestro sueño. Porque en el devenir de ese camino, también los sueños nacen, crecen y maduran.

    Un abrazo.
    Chuff!!

    ResponderEliminar
  11. Gracias, Cristal, yo también te deseo felices días y que el próximo año sigas siendo inasequible al desaliento, como has sido siempre, y que sigas rozando la perfección en tus maravillosos escritos.

    Un abrazo muy fuerte

    ResponderEliminar
  12. Hola que bonito escribes,
    cuando llegan estos días tan entrañables donde compartimos ilusión y alegrías con mis mejores deseos, ¡feliz Navidad!.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Cristalino, como tu mirada. Más allá del intento dices... el maestro Parménides ya dijo que para subir a los cielos antes hay que haber bajado a los infiernos... con dos cojones. Feliz círculo de los días para ti también.

    ResponderEliminar
  14. Amigo Alfil:

    Todos tenemos esa mirada, aunque no lo transcribamos en lugar alguno, porque como decía el mismo Parménides, lo que es, es! por más de perogrullo que pueda parecer el aserto. Y quien más quien menos, sabe lo que tiene y lo que se pierde...

    Por otra parte, en este viaje a ningún lado en que andamos todos, entre bajar a los infiernos o subir a los cielos, se nos escapa la vida en dos suspiros... Irremediable, como la verdad.

    Gracias por tus deseos y felices días también para ti.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Juan:

    Me alegra que compartas mi pensamiento. También yo comparto el tuyo, donde dices que cuesta mucho llevar a la práctica según que proyectos... pero quizás el primer paso para ello, sea el manifestarse sobre el tema sin demasiados ambages.

    Ojalá consigas ir más allá del intento, en lo que sea que desees, amigo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Hola Antuán:

    El camino hacia nosotros mismos, eso que el amigo Jung o tu tío Hermann, nombraban como "individuación", pasa por la reflexión honesta y razonable.

    Y nada más razonable que escuchar ese impulso que en algún momento nos mana desde nuestro inconsciente más profundo y que siempre acostumbra a mostrarse, en primera instancia, a través del "sentimiento" hasta aflorar en nuestra razón de forma palmaria
    y evidente.

    Es ese instante en el que "nos pasamos factura" y ya no existen los subterfugios de conveniencia.
    Muchos, deciden entonces, quedarse en sus propias contradicciones y otros escogen salir de sí mismos y lanzarse "On the road", y que salga el sol por Antequera... (que entre tú y yo, es tan buen lugar como cualquier otro, jeje) en todo caso, todo un viaje iniciático.

    Y sí, decidir cuesta... a veces toda una vida, Antuán. Incluso algunos la abandonan en esa tesitura, decidiendo en la bifurcación del camino ya "agotada" o equivocada... Gajes de esa humana conditio, a la que todos estamos sujetos.

    Pero por otra parte, nada hay "escrito para siempre" mientras se está On the road, confiemos pues en hallar ese desvío a tiempo. Me alegra saber que estás entre los segundos y que ya caminas en la bifurcación correcta.

    Acertado comentario el tuyo, amigo.

    ResponderEliminar
  17. Susan:

    Sí, de vez en cuando hay que dar paso a esos ataques de "lucidez" ¿verdad?
    Más que una cuestión de ovarios, es que la "verdad" que nos concierne, siempre sabe como abrirse paso.
    Él,sabía mucho de eso. Cierto.

    Un besazo.

    ResponderEliminar
  18. Godot:

    Pues sí, pero a saber de saberlo, continuamos errando de forma recalcitrante e inexplicable...
    El porqué de esos comportamientos escapa a cualquier lógica o comprensión razonable, que no sea esa inmersión irrazonable en lo "que dice el libro" que nos inculcan desde que recordamos, desde las diversas instancias que nos ciernen...

    Ojalá esa madurez lúcida, nos permita salirnos a tiempo de esa trampa.

    Te lo deseo, si es el caso.
    Abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Krapp:

    Pues no le veo yo a vd. demasiado inmerso en esa "cañada ovejuna" citada en su comentario, Sr. doctor... por lo menos, lo que desde aquí se percibe.

    En cuanto al significado de tu sentido común y el mío, capto bien lo que intentas transmitirme, pero para mí, nada hay más lógico que alcanzar esos escasos momentos de ¿felicidad? armonía, paz... dile como quieras... a través de la lógica. Lo que significa escucharse con atención... y hacerse caso... ¿qué más sentido común puede haber que ése? amigo.

    Pero supongo que todo es cuestión de opiniones y esa es la tuya, en el fondo, no tan distinta de la mía.

    Bicos.

    ResponderEliminar
  20. Fernando:

    De tus palabras se desprende sabiduría y que eres un hombre afortunado. Pero dime, ¿soñar no es también una forma de fluir? A mí me lo parece amigo.
    Ojalá nada te aparte del camino.

    Suerte!

    ResponderEliminar
  21. José Luís:

    Pues sí, parece que encontrar el propio camino, por un sendero alternativo no sea lícito... y no es así.
    Así que cualquiera que lo desee, debería ir "más allá del intento". Me parece lo lógico y lo justo.

    Eeeeh, prometo cuidarme, si tú también lo haces... jeje.

    ResponderEliminar
  22. Luis A.:

    Para nada me parece una divagación tu comentario, amigo. Ese asumir el sueño del otro en detrimento de los propios, a mí, hoy y ahora me parece un error común... que en muchas ocasiones intentamos "colarnos".

    Hace referencia a esa falsa "falta de egoísmo" que cito en la entrada. Pero más allá de motivos... siempre es lícito conseguir lo "propio" en nuestro tiempo concedido. Arrogarse los anhelos de otro, en cierto modo no deja de ser una forma de no aceptar los nuestros por los motivos que explico en el post.

    Pero cada uno... ¿verdad?

    Abrazos. Grandes!

    ResponderEliminar
  23. Zen:

    ¿Qué decirle a un sabio? que no sea, gracias por aportar siempre ese paso "más allá".
    No parece difícil al leerte y sin embargo... aquí andamos embarrados buscando como llevar a cabo ese desprenderse y al mismo tiempo situarnos.
    Ojalá seamos capaces de acceder al camino tal como explicas, amigo.

    Un abrazo, Zen.

    ResponderEliminar
  24. Sirenita:

    De nada, querida. Es siempre un placer acercarse a tu lugar y demorarse entre tus letras, aún las ya conocidas.
    Y muchísimas gracias, por decir eso de las mías, aunque no lo merezcan. Hay momentos y momentos... y en este ahora que me habita, me vienen bien los ánimos, querida.

    Así que muchas gracias por acercarte y dejar huella de tu paso.

    Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  25. Gracias por tu amabilidad Ricardo. Y felices días también para ti, amigo.

    ResponderEliminar
  26. Ir màs allà del intento: palabras esperanzadoras que quiero llevar siempre conmigo. No quiero olvidarlas para poder seguir hacia adelante y poder seguir luchando. Un abrazo fuerte y muchas gracias.
    Sara M.

    ResponderEliminar
  27. Sara M:

    muchas gracias por tus palabras y por acercarte hasta aquí. Mis mejores deseos para que consigas ir más allá del intento.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

matices varios

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...