Imagen de la Mirada de Cristal
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De Remei. Margarit.
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Tal vez las tormentas de días pasados han influido en mi ánimo. Tal vez sea el otoño de nuevo, tal vez sea el paso del tiempo, las estaciones, primavera, otoño, invierno y de nuevo otra primavera y así cíclicamente . Como ráfagas de cambios que nos hacen oscilar de un lado para otro.
Y también pasa lo mismo con lo que vivimos, llegan los amigos, la familia, los hijos, los nietos; otros amigos, quizás otra familia. Los trabajos, las ocupaciones, las aficiones, todo ello se halla sujeto también a las ráfagas, porque por momentos están ahí y después pasan. Algunos amigos permanecen más tiempo, o permanecemos más tiempo con ellos que con otros, pero aun así, el ritmo cíclico de la vida se los lleva consigo. Pueden volver, aunque nunca será de la misma manera. Tal vez el cambio sea lo duradero. Pero en todo ese trasiego de afectos, momentáneos a veces, cultivados con esmero otras, de todo ello, de todas esas ráfagas de contactos, algo queda en el patrimonio interior de cada cual. Una sonrisa, una luz de atardecer, tal vez una bronca solemne, una pasión imperecedera aunque fugaz, una pena llevada estoicamente en el cajón de los recuerdos... Ganancias y pérdidas que la vida lleva consigo por el sólo hecho de vivir.
Los humanos, hombres y mujeres, tendemos a imaginar paraisos eternos, lugares sin desazón y bienestar constante. De esas fantasías se nutre toda la publicidad, que sólo es una fantasía elevada a la categoría de deseo, o a categoría de lo que hay que desear. Pero si las gentes no tuviésemos en nuestro interior, esa imagen de no dolor, la publicidad no tendría ningún éxito.
Nadie quiere vivir entre las ráfagas de lo que sea, por cada vez que pasa una, se lleva parte de nosotros y la sensación es de pérdida de algo importante.
Aunque ocurre también que las ráfagas traen otras cosas, cosas nuevas o afectos de otra índole, tal vez efímeros pero son y están ahí. Y en ese ser, alguna parte nuestra responde también de una manera que nos hace cambiar la perspectiva y darnos cuenta de otras cosas, muchas veces valiosas. Ráfagas de viento, de relaciones, de afectos. Amigos y amores que van y vienen en tiempos distintos. Y en ese ir y venir se construye, inconscientemente, la estructura que nos sostiene. Cuanto más ha racheado, más sólida es, parecería una paradoja si no fuese porque sólo podemos vivir así, recibiendo cada día y cada momento casi como una pregunta a la que contestamos como podemos.
Estoy de acuerdo, aunque de vez en cuando te viene una ráfaga un poco más fuerte que otra y se te tambalea todo alrededor, hay que tener las ideas muy claras, jejeje, un besoteeee!!
ResponderEliminarP.D. ¿Porqué no suprimes la verificación de palabra?, es un rolloooo...
...Mira, hoy me he levantado de mal humor (no, "mal humor",no, de muy mala leche), y al pasar por aquí y leerte, me ha venido una ráfaga de buenas vibraciones!
ResponderEliminarCoincido totalmente contigo! Qué bien lo has plasmado, pero qué bien...
Muamuamua!
Saber aceptar esos cambios, esas idas y venidas es saberse construir. De cualquier forma, siempre nos costará asumir estos trapicheos con los que juega el destino...
ResponderEliminarMe encanta el otoño y sus contrastes, pero a veces el reconocer que al cielo gris le va a tocar reinar durante muchas semanas nos cuesta...
Ya veras del paso del invierno a primavera... Cuantos blogs se cerraran...
Recuérdalo...
;-)
Besicos!
Yo no podría haber explicado mejor el ir y venir de la vida, de ese tren que nos lleva a tantas estaciones físicas y emocionales, unas veces queriendo y otras sin querer.
ResponderEliminarBesos
Blanco y en botella... que forma más clarita de hablar de la vida misma. Un beso.
ResponderEliminarCada vez menos imaginar paraísos y más dejar la mente en blanco para que se llene con lo cotidiano y nos proporcione la paz del que sabe que, como dice alguien que conozco, los copos de nieve ocupan, al caer, cada uno su lugar.
ResponderEliminarNinguna ráfaga por casualidad.
Brisa de besos.
Me ha emocionado mucho leerte porque ha coincidido que justo salía del despacho de un compañero de una reunión con las dos personas con las que llevo tres años durísimos sacando adelante un proyecto fantástico. Los miraba y pensaba... ¿que voy a hacer sin ellos el día que no estén?. Y vale, se que la vida es eso, pero a veces, duele que las cosas cambien.
ResponderEliminarUn abrazo.
El ir y venir de las mareas, que también como ráfagas traen y llevan.
ResponderEliminarEl tiempo, este misterio que no logro comprender... Tantas y tan profundas reflexiones.
Me quedo embelesada con la transparencia y calidez de tus letras.
besos (cristal de color rosa)
PD. Para mi es todo un honor estar entre los blogs que visitas.
Gracias!
La melancolía a veces nos hace descubrir cosas que ocurren siempre a nuestro alrededor y que de tan evidentes se nos escapan. Tú has sabido atrapar esos oleajes que nos forman y que, depuradores, nos azotan o se repliegan.
ResponderEliminarUn abrazo
¿No es el andar también un ráfaga? Mirar a contraluz tu belleza. Adivinar el fuego de tu corazón. Entretenerme en tus palabras.
ResponderEliminarAndar sobre la estela de tu aliento, que dejas tras tus besos. Esos que no veo, pero que presiento. Una ráfaga mágica y mi refugio.
Un beso
Chuff!!
Me gusta ser una de las ráfagas de tu vida, y que tú hayas venido con tu aire fresco a soplar en mi mundo. Tus palabras Cristal, además de sabias, son un aténtica lección de lectura de la realidad. Me encanta!
ResponderEliminarUn abrazo
De cada ráfaga "algo queda en el patrimonio interior de cada cual".Pero cada ráfaga también se lleva algo o nos trae algo nuevo.
ResponderEliminar¡Qué reflexión tan certera!
Y digo más ¡Qué reflexión tan equilibrada!
Porque imagínate que en vez de ráfagas hablásemos de vendavales
También hay ráfagas suaves, si me permites el oxímoron, cálidas y claras como la que me trae a menudo hasta aquí y me acerca un poquito a tu alma. Besitos.
ResponderEliminarY qué es la vida, más que un conjunto de todas esas ráfagas?
ResponderEliminarMuchos besos preciosa
Viviendo cada día....
ResponderEliminarPaseando por la calles...
Saludando o despidiendo...
Ráfagas de nosotros...
Unas soplan a favor....
Otras las creamos nosotros.....
Mejor como has hecho...Compartidas!!!!
Besos
ráfagas igual a vida
ResponderEliminarráfagas igual a existencia vivida
qué razón tienes y qué bonito lo escribes.
besico. :o)
pd: me encanta la foto.
Soy ráfaga de vida, mezcladas con ráfagas de otras vidas, y juntos hacemos este mundo que en ráfagas atravesamos, como una brisa o como un tornado. Depende de cuanto seamos.
ResponderEliminarSoplan ráfagas de melancolías soplan tras el cristal. Ráfaga de Besos
Las ráfagas son aterradoras, no necesariamente malas pero sí aterradoras. A veces pienso que la vida es una gigantesca metáfora de la muerte: en nuestra vida tememos, más que a cualquier otra cosa, las ráfagas, los cambios.
ResponderEliminar¿Será porque la muerte es el gran cambio?
Un abrazo, amiga Cristal
Después de varios días, sin internet. Cortesía inexplicable de telefónica. Sólo conectándome a ratitos desde el curro, entre reunión y reunión.Parece ser que al final no cerramos. Mi portátil ya vuelve a sonreíros a todos. Gracias por vuestros comentarios, sois lo más. De verdad.
ResponderEliminarBesos grandes.
Vivir es eso, Cristal. ganar y perder cíclicamente. Aprendemos más de los errores y de las pérdidas y nos entrenamos para poder seguir tolerándolas.
ResponderEliminarDe vez en cuando, un éxito, una ganacia y la vida nos vuelve a parecer tan fantástica como en los anuncios.
Es eso. Eso es vivir.
Que razón tienes! Vivimos instalados en una incertidumbre que nos gobierna a veces con ternura y otras veces con tiranía...
ResponderEliminarque bueno tu post!
Creo que se le ha olvidado mencionar algo importante; el aprendizaje que supone haber estado en todas las rachas; con todas esas gentes de la que hemos cosechado secretos y formas de ver el mundo, pues ante nosotros, en sus vestiduras se ha presentado la tan mentada existencia.
ResponderEliminarCon sus daños colaterales, aquellos que han caído en nuestra órbita, han ido dando sentido a nuestra orientación en el giro. Siempre somos figuras estelares diferentes, dependiendo del espacio que habitamos. Tranquiliza saber que somos soles y planetas, satélites y asteroides a un tiempo; y que todos giramos. Se podría inferir de esta exposición, que he intentado expresar con otras palabras, el antiguo adagio de : "Arrieritos somos, y en el camino nos encontraremos", pero no era mi intención; y si lo fuera, sería para decir: "ojalá".
Cristal...Pues sí, lo que dices es muy cierto, ¿sabes? A veces cuando tengo una de esas rachas de felicidad intento bebérmela,siendo muy consciente de lo feliz que soy...es más difícil con las rachas duras, pero tus palabras hoy me han acariciado y susurrado un: "recuerda que todo pasa". Gracias.
ResponderEliminarEl reloj del sol tiene pilas duracell, pero no deja de ser pilas, un día lejano se agotaran.
ResponderEliminarCristal, vivamos desde ya sin el reloj de las mareas.
Las ráfagas limpian las aceras de hojas secas. Y también hielan el alma. En cualquier caso, me encanta el azote del viento helado. Y que sea lo que dios quiera.
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