Imagen de La mirada de cristal
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Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
A.Pizarnik
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Y vendrá un tiempo, en que acabará esta noche, donde todos los
niños perdidos en este adulto desamparo que nos come sin remedio, saldremos a
la luz esclarecedora. Y no habrá más desconcierto, ni dolor, ni oscuridad.
Y ya, sin 'porqués'… acabará la gran batalla, la que torna las ruinas de la memoria y el amargo trago, en dulce destino. Y en la misma desnudez de la llegada, un viento generoso y acogedor arrasará nuestro recuerdo, dispersándolo en el gran silencio. Excarcelados al fin.
Y el olvido de los vivos, nos permitirá ser todo aquello que
no fuimos… y quisimos...
Y a pesar de los funestos profetas del infortunio y crueles olimpos varios, levaremos anclas con las manos libres, que no vacías… hacia una ‘nada prometida’ de eternidad y
libertad, donde estarás tú y también yo.
Y quizás todos.
Lejos, muy lejos de aquí.
¡Vuela! Víctor.
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Bonito y esperanzador y conciliador con el mundo y el alma. Cristal, ten un buen fin de semana
ResponderEliminarConciliar mundo y alma, es tarea ardua o casi imposible, Fernando, pero muchas gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Estoy de acuerdo. Hay textos realmente inspirados con los que uno comulga tanto que simplemente me queda adherirme a ese deseo, a esos augurios....y no es necesario añadir más. Simplemente darte la enhorabuena. Se necesitan cosas así en estos tiempos...Imprescindible. Nos vemos cuando lleguemos...Un abrazo.
ResponderEliminarVíctor:
EliminarMuchas gracias, por decir que es inspirado el texto y por adherirte a ese deseo... claro que... ¿a quien no le gustaría volar, verdad? y aunque tardemos en vernos :), ojalá podamos escoger el momento de emprender ese último vuelo...
Gracias de nuevo y un abrazo.
Creo que si digo, me gusta, me quedo corto. Emocionante, desde la primera hasta la última palabra. 'Y' ojalá vuele cuanto antes tu amigo, Cristal.
ResponderEliminarPor no hablar de la música, que aún escucho. Perfecta, para tu texto.
ResponderEliminarFelicidades!
Godot:
ResponderEliminarVíctor, ha volado hace tan solo unas horas... Muchas gracias por tus palabras y por acercarte.
Cristalina, te diré un secreto: yo, cuando era niño, en los sueños, volaba...
ResponderEliminarUn abrazo grande, amiga
Querido Antiqva: la niñez, es esa época en la que creemos firmemente, en que todo es aún posible... lástima que según vamos creciendo nos -amaestren- para perder la fe... pero ahí en el fondo, aunque sea muy escondido, nuestro 'niño' sigue vivo...
EliminarVenga ese abrazo! que hago recíproco. :)
Creo no equivocarme si pienso que te estás refiriendo a ese misterio que llaman "muerte"... Pero, la verdad es que no estoy seguro. Me quedo con la duda de si has perdido a un amigo...
ResponderEliminarDe todas formas, la nitidez y la belleza de tus palabras me han pintado un cuadro en el que quisiera meterme, amiga. Gracias por tu cristalidad.
Un abrazo, maestra Crystal.
Antonio:
EliminarEstá claro que hablo de la muerte, y esta, tiene un nombre en esta ocasión... Y cuando eso es así, hay que intentar positivizar al máximo ese último tránsito, del que tan poco sabemos y para el que acostumbramos a estar '0' preparados. Muchas gracias por decir que son bellas mis letras, amigo y si realmente te han servido para acercarte de forma amable, ese último trance... es otra buena razón, para haberlas compartido aquí.
Un abrazo.
Espero y deseo que ese esperanzador panorama que pareces otear en el horizonte nazca de tu corazón y de tus convicciones mágicas de adivina. Aunque alimenta mis incertidumbres, te doy un voto de confianza y trataré de hacerlo mío...
ResponderEliminarLo consiga o no, te lo agradezco. Uno está necesitado - quién, no - de la belleza de la esperanza, por esquiva que ésta se muestre.
Abrazos, estimada Crystal (con y)
Luís Antonio:
EliminarHay veces, que algún hecho o acontecimiento que nos afecta, aún sin saber muy bien cómo o porqué... hace que nos nazcan palabras, que nunca nos saldrían en un contexto ordinario o cotidiano... si eso me confiere ese poder de 'adivinación' que mencionas, creo que todos los somos alguna vez ¿verdad?
Por lo demás, me alegra saber, que mis letras os ayudan a algunos, por poco que sea a afrontar ese último destino, como una liberación y no como una pérdida más del camino.
'Y' abrazos sinceros, también para ti.
Ese día será cuando dejemos de ser, porque solo cuando apartando la conciencia dejemos de ser seremos libres.
ResponderEliminarAbrazos
Así es, Max. Quizás se pueda decir más alto o más largo, pero no más claro... Nada que añadir a tan sabia observación.
EliminarBicos!
Evocador escenario, Madame, y realmente inspirado... no tengo palabras...
ResponderEliminarAlfil:
EliminarPues muchas gracias por estar ahí y decir que es inspirado mi texto.
Siempre tan amable, Monsieur.
Y?....Yo me pregunto Y?...como siempre tus escritos de Excelencia....Excelente fotografia retratada en poderosas palabras de estos Tiempos...
ResponderEliminarUn gran abrazo
Mauro
まうろ かみなり:
EliminarLas palabras, los pensamientos y también nosotros, acostumbramos a ser hijos de los tiempos que nos 'tocan'. Pero el 'sentimiento' que concitan algunos hechos, como la muerte, en todos nosotros, sin importar las épocas... son intemporales y universales.
Muchas gracias por calificar de excelente, tanto mi texto como la foto que lo acompaña,
'Y' un gran abrazo, amigo Mauro.
No he entendido nada.
ResponderEliminarMi pésame o felicitar al campeón; es consecuencia de jugar con la muerte, o explícamelo.
Bixen:
EliminarSe ha muerto un amigo, Víctor. Pero también era un campeón :) Siento la torpeza de la oscuridad de mis letras. :(
Gracias, por acercarte y leer,
A veces, la muerte, es una victoria, Bixen.
EliminarQuerida Cristal, ojalé el vuelo sea eterno y feliz, como el que quisiéramos para nosotros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Ojalà Virgi, ojalá! Víctor se lo ha ganado de sobra. Y también, la mayoría de nosotros...
EliminarGracias por ese abrazo, que hago recíproco, preciosa.
:( :(
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Sarita
EliminarOtro abrazo, para ti.
Siempre hay detrás de tus escritos una pena honda que viene de tu infancia. Esas heridas que parecen no cicatrizar nunca y duelen en el alma son como piedras en el camino hacia lo que llamamos "hacerse adulto"- que no se aún muy bien de qué se trata, porque en verdad nada quiere saberlo, y se vive intentando aferrarse al niño o la niña que nos habita y que nos alegra y aligera la vida con su magia.
ResponderEliminarDicen algunos que el arte y la escritura sirven para exorcizar esas memorias dolorosas de la infancia. En tu caso se evidencia claramente, por lo cual debes continuar escribiendo siempre.
Hoy hablas de la muerte de un ser querido. Es un tema arduo de abordar pero necesario. Se aprende mucho y bestialmente del contacto con la muerte, quedan en jaque todas las creencias que tenemos bien firmes en un puño para cuando llega, pero a todos nos sucede lo mismo. Nos encontramos con la nada y con la esperanza del reencuentro con aquel a quien hemos perdido, porque se hace insoportable de otro modo mirarla cara a cara. Lo peor de la muerte de alguien cercano y querido es que nos confronta con la idea esquiva de la propia muerte. Aunque quizás eso sea lo bueno. Es necesario plantearse asiduamente la idea de la finitud para disfrutar de la vida más plenamente y dejar atrás lo que debe ser dejado atrás para que el disfrute sea mayor.
Somos nosotros mismos, mi querida Cristal, quienes debemos permitirnos ser todo aquello que quisimos y no fuimos: es esa la lección más contundente que nos enseña la muerte.
Un fuerte abrazo!
Fer
Hola, Fer:
ResponderEliminarAunque la pena en esta ocasión, venga por la muerte de un amigo, no deja de ser cierto lo que apuntas en tu comentario. Porque más allá de la particularidad o singularidad de las peripecias vitales de cada uno, quizás, detrás de todos nosotros, sin importar en que medida... existe ese 'niño herido' que mencionas. Y diré -'casi'- en todos los casos por no generalizar. Hay quien es consciente y quien no... unos, porque no quieren y otros, porque el trauma del 'crecimiento' es tal, que lo olvidan. Pura defensa, supongo...
Y cuanto más mayor me hago, no sé, si afortunada o desgraciadamente... hablar de la muerte, tiempo ha, que ya no se me hace extraño. Añadiré además, que la finitud para esta atea o agnóstica en grado sumo... me parece el final natural de absolutamente todo en este universo. Algo, para lo que deberíamos prepararnos mucho más de lo que lo hacemos... porque, e incluyo aquí también a los creyentes, en este tema, la técnica por lo general, es la del avestruz... Claro, que según se van sumando ausencias... la reflexión sobre lo que la mayoría de filósofos, consideran el único asunto realmente importante de la vida, tal como la conocemos... es este. Yo me sumo a esa opinión, y creo además que es el acto más singular e igualitario que existe. sin duda alguna y el que resta toda importancia a no importa la pena o el problema. Aunque vivamos, como si fuésemos a hacerlo eternamente...
En fin! y paro ya con esta ristra de obviedades, porque estoy segura, de que en tu caso, te encuentras entre los que tienen bien asumido, no sólo por conocimiento sino también por admisión del hecho, este muy 'natural' asunto. Otra cosa, es lo que la 'pena momentánea (aunque sea eterna...) de la pérdida' nos inspire o haga desear...
Y nadie más convencida que yo, te lo aseguro, de que sólo nosotros somos los podemos permitirnos o no... lo que sea. Pero tal como digo en mi entrada anterior, a veces, lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible, querida :))
Un gran abrazo! y gracias por acercarte de nuevo.
Sentidas y hermosas palabras. Las hago mías. Me han emocionado. ¿Para que añadir más si tú lo has dicho de manera tan lírica ?
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Abril. Tuyas son, si así lo deseas, desde luego que sí. :)
EliminarY ahí va otro abrazo para ti.
Soy suave y triste si idolatro, puedo
ResponderEliminarbajar el cielo hasta mi mano cuando
el alma de otro al alma mía enredo.
Plumón alguno no hallarás más blando.
Alfonsina Storni.
Nuestras almas se enredan con las de aquellos a quien queremos ,esa unión es eterna,aquí y allá.Sigamos bajando el cielo a nuestras manos.
Un saludo.
Bellas! las palabras de Alfosina Storni y también las tuyas, Yuri.
EliminarGracias, por compartirlas aquí. Y... sí, sigamos bajando el cielo a nuestras manos, porque hay momentos, en que falta nos hace...
Un abrazo.