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Al regresar de una noche en vela de alguien muy querido, en la parte alta de ese rincón del Mediterráneo, todo parece detenido. Sólo las gaviotas y los vencejos dibujando piruetas en un cielo tristón que amenaza lluvia, parecen haber madrugado más que ella.
El carillón de los cuartos en el campanario interrumpe sus pasos silenciosos para reanudarlos de nuevo hacia el agradable mirador de una Iglesia un tanto pintoresca.
Rompe el día.
Otro más, que la encuentra en la única compañía de sus pensamientos y su viejo amigo “Insomnio Recalcitrante”. Probablemente, su vida hubiese sido distinta sin él. Hay hábitos, lugares, gentes… que dejan huella en nuestra existencia de una forma singular. Incluso a pesar nuestro. Y de nuevo, después de más de 20 años, echa en falta ese cigarrillo… Siempre va a ser una ex adicta ¡maldita sea!
Rompe el día.
Otro más, que la encuentra en la única compañía de sus pensamientos y su viejo amigo “Insomnio Recalcitrante”. Probablemente, su vida hubiese sido distinta sin él. Hay hábitos, lugares, gentes… que dejan huella en nuestra existencia de una forma singular. Incluso a pesar nuestro. Y de nuevo, después de más de 20 años, echa en falta ese cigarrillo… Siempre va a ser una ex adicta ¡maldita sea!
Consuela su tristeza y su síndrome de abstinencia, como tantas otras veces, en la belleza del paisaje y la meteorología. Su retina se inunda de un otoño recién estrenado entre las brumas de un día especialmente gris, que destapan perezosas la línea ligeramente borrosa del frente marítimo de una metrópolis que se adivina dormida aún en la distancia… Aparentemente dormida… ¿cuántos más habrá en ese momento contemplando pasar la vida… amando, terminando… empezando… desesperando…?
Una moto adolescente y un rayo de sol inesperado que abre las nubes para destellar en el mar interrumpen su ensimismamiento al cegarla por unos instantes… Piensa que debería irse a dormir… pero la mañana ya ha invadido esa parte del mundo con sus rutinas.
Un día más. La vida sigue...
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La vida sigue, sí. A pesar nuestro, también algunas veces, como las huellas que mencionas...
ResponderEliminarLa fascinante constelación de los astros siempre será buena compañía para las noches de insomnio..
Millones de besos... uno en cada estrella =)
Nos dignifica tener a los ausentes en la memoria y en los afectos, pero la vida sigue, como bien dices, y el firmamento sigue siendo azul aunque las nubes de la Mercè lo hayan ocultado por momentos.
ResponderEliminarBellísimo acompañamiento musical para este escrito tan hermoso. Te felicito, una vez más.
Un fuerte abrazo, amiga del alma
Amiga Cristal
ResponderEliminarLas personas somos seres sociales, sin duda.
Pero igualmente necesitamos aislamientos obligados, refugiarnos en nuestro interior para sali a contemplar desde otra perspectiva, el mundo, la historia y el horizonte. Sólo entonces eliminamos lo superfluo y como antorchas enormes, vislumbramos lo realmente importante en la vida...
Gracias por compartir momentos así con nosotros.
Un abrazo
...El tiempo sigue su rueda interminable, implacable nos mide hasta el tiempo del sufrimiento, sigue la vida...
ResponderEliminarBesitos volados.
Es cierto, amiga, despues de veinte años siempre echamos en falta algo... Algo que, quizas, nunca sucedio...
ResponderEliminarAsi somos de extraños.
Un abrazo fuerte
Emocionante tu entrada, palabra por palabra, Cristal. Sólo espero que sea tan solo literaria.
ResponderEliminarPero como sea, te dejo un fuerte abrazo.
Allí por donde más o menos te encuentras hubo una vez un tipo con boina llamado Josep que expresaba sensaciones semejantes en un cuaderno gris. Tu texto me lo ha recordado.
ResponderEliminarme recordaste a Pavese, no sé por qué...quizás por la precisión de tus descripciones.
ResponderEliminary hermoso secret garden
mil besos*
Emocionant.
ResponderEliminar:-;
Hola Cristalook:
ResponderEliminarImposible no sentirse identificado con este texto, a veces como actor insomne, a veces como causa del insomnio, siempre como parte de esa bruma de amanecer que no presagia descanso sino reenganche a la vida cotidiana. Y sobre todo, que espléndida selección musical nos dejas, así parece que los párpados no pesarán hasta que vuelva la noche.
Besos.
Recuerdo una madrugada oscura, golpeado por el aire helado de la calle, viendo al mundo reiniciar su avance loco, desconsiderado; ver los pasos apresurados de los transeuntes más tempraneros; los repartidores de prensa en movimiento; las panaderías en plena actividad. Y pensar: «¿Cómo puede ser que todo eso ocurra también hoy? ¿Cómo es que el Universo no tiene corazón para guardar ni siquiera un minuto de silencio?»
ResponderEliminarHola Crystal
ResponderEliminarAh! La noche mágica...¡Qué haríamos sin ella!Y, sin embargo la desperdiciamos durmiendo? Bueno, yo soy de los que creo que cuando me duermo no hago sino trasladarme a "mi otra vida"
Cuidate, besos
Me encantas.
ResponderEliminarGracias, Coquito de mi corasón!
ResponderEliminarEl amanecer que acaba con una noche de insomnio es fantástico (como lo que acabo de leer).
ResponderEliminarUno va acumulando Blogs y al final es imposible escribir en todos pero por supuesto no dejo de leerte y emocionarmecon lo que escribes porque pase lo que pase la vida sigue y emocionarse es sentirse vivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Isis:
ResponderEliminarPues sí, Maga, las estrellas nos llevan un poco al pasado y eso, en según que momentos, de alguna forma nos consuela.
Millones de besos también para ti.
Luis A.:
ResponderEliminarLos "ausentes" están casi siempre presentes, aún cuando no les recordamos... pero el momento de la partida se hace especialmente duro, amigo mío...
Muchas gracias por los ánimos y por acercarte siempre hasta este rincón, donde siempre eres bien recibido.
Un abrazo fuerte.
Yandros:
ResponderEliminar¿Sabes? ese "amiga Cristal" que sé cierto, ayuda a sobrellevar esos momentos que citas en tu sentido comentario.
Muchas gracias por estar ahí, P.
Un abrazo para todos.
Brujita:
ResponderEliminarAsí es, amiga, todo tiene su tiempo... incluso el sufrimiento de la pérdida.
Muchas gracias por pasar y dejar huella.
Un beso.
Antiqva:
ResponderEliminarCreo que el mundo, está lleno de esos "extraños" que citas en tu comentario, amigo... No somos tan distintos, y la pérdida... nos iguala en sensibilidad ¿verdad?
Un abrazo fuerte, Antiqva.
Godot:
ResponderEliminarPues gracias por ese abrazo fuerte, amigo. Y por acercarte hasta aquí.
Otro abrazo también para ti.
Krapp:
ResponderEliminarAndo yo muy lejos de la excelencia de Pla, Doctor, pero muchas gracias por decir eso. Y si de alguna forma te lo he recordado, no deben de estar mal del todo estas letras... que vienen desde el sentimiento.
¿Sabes? Es siempre un placer encontrarte entre mis letras, hasta cuando "disentimos" absolutamente en todo.
Pues eso... y un abrazo Krapp.
Rayu:
ResponderEliminarTe digo lo mismo que a Krapp en mi anterior respuesta... ando a años luz de Don Cesare, pero muchas gracias por decir que te lo he recordado.
Me alegra también que te gustase la música, amiga.
Besos, todos los posibles...
M.:
ResponderEliminar:):):) i un petó.
Hola Josep:
ResponderEliminarPues sí, hay sentimientos ante determinadas situaciones, que nos igualan a todos, como el dolor de una ausencia cercana...
Y la música es siempre esa parte de este mundo, que lo hace un lugar, un poco menos "oscuro" ¿verdad?.
Muchas gracias por acercarte, amigo.
Un abrazo.
*Entangled*:
ResponderEliminarAmigo, parece que así es... lo has descrito, mejor que bien... nada detiene el Universo ni sus rutinas, de las que el "dolor" en todas sus formas parece que también forma parte.
Muchas gracias por tu sensibilidad y por acercarte R.
Un abrazo sincero.
JLMON:
ResponderEliminarLa noche, es para muchos ese momento mágico en que nos acercamos a nuestro yo más auténtico... incluso en los peores momentos... ¿verdad?
En fin, un abrazo fuerte, y feliz "otra vida" amigo, que con la que está cayendo...nosva haciendo falta...
Esperanza:
ResponderEliminarMuchas gracias por decir eso de mis letras, preciosa y gracias por acercarte y dejar huella.
Un besazo.
Yuri:
ResponderEliminarEs tal como dices, a veces no es posible comentar en todos los lugares que se frecuenta. Muchas gracias por pasarte y dejar huella, amigo.
Un abrazo y gracias por los ánimos.
Una pregunta, si nos encantamos, ¿nos convertiremos en ranas?
ResponderEliminarSerá que cada uno tenemos nuestro día gris, nuestro temporal desatado en momentos de dolor extremo donde todo se quedó parado y la naturaleza se confabula para llevar la contraria.
ResponderEliminarMi dolor se empapó de lluvias torrenciales... recuerdo que todo era salado y el agua escocía mezclada con la sangre que ya no sabía caminar... recuerdo y recuerdo...
La vida sigue y en cada esquina algo logra sorprendernos.
ResponderEliminarBesos, gracias por tus palabras.
Llegue quedo tu paso
ResponderEliminarSobre la tierra, adonde
Brilla con sombra roja
Esa haya, y vecino
Con su sombra de oro
Ese castaño, al toque
De la luz misma. Pasa
Esta hora contigo
A solas, tal si fuese
Una hora postrera,
Una primera, acaso
Umbral de muerte o vida,
Mientras gira la tarde
De indecible sosiego
Y hermosura indecible.
Con su cielo está el mundo;
Bien nuevas son las hojas;
Las flores del manzano,
Nieve mejor, sin viento
Profusamente caen;
La hierba sueño ofrece
Para el amor, y el aire
Respirado es delicia.
Hasta parece el hombre,
Tú quieto, entre los otros,
Un árbol más, amigo
Al fin en paz, la sola
Paz de toda la tierra.
Recoge el alma, y mira;
Pocos miran el mundo.
La realidad por nadie
Vista, paciente espera,
Tal criatura joven,
Espejo en unos ojos
Enamorados. Calla.
En este instante todo
Gesto humano resulta
Ocioso, y sólo un nombre
Pensado, más no dicho
(Abril, abril), perfecto
Lo contiene y da forma
Única suficiente.
(Luis Cernuda)
Sigue consolando tu tristeza con la belleza del paisaje, mirando a ese horizonte que nos oculta sus respuestas, pero que al mismo tiempo nos hace soñar...
Un fuerte abrazo, Crystal, amiga.
Mi muy querido Coco: Yo siempre he sido una rana, a la espera de un príncipe... pero de momento, aparte algún sapo... ná de ná!!
ResponderEliminarEn fin, no sabes lo que se agradece una sonrisa en momentos como estos. Gracias.
Amiga Luisa:
ResponderEliminarSé que sabes bien de lo que hablo.
Y sí, parece que haya momentos en que todo se confabule en contra nuestro.
Gracias por estar ahí y sacar tiempo de sonde no lo tienes, para acercarte hasta aquí.
Un montón de besos.
Antonio:
ResponderEliminarEn este instante todo
Gesto humano resulta
Ocioso, y sólo un nombre
Pensado, más no dicho
(Abril, abril), perfecto
Lo contiene y da forma
Única suficiente.
Bellos y apropiados los versos de tu admirado Cernuda. Todo el poema lo es, sin duda. Parece que siempre haya unas letras especialmente acertadas, para una circunstancia concreta ¿verdad?. Quizás por esa vieja controversia "inter nos", de que nos parecemos de forma extraordinaria
En fin... sea como sea, muchas gracias por acercarte de nuevo hasta este rincón, amigo Antonio.
Y un abrazo.
Virgi:
ResponderEliminarPues sí, la vida sigue en cada esquina y siempre consigue sorprendernos, para bien o para mal... Aciertas de nuevo, amiga.
Muchas gracias por acercarte y sacar tiempo para dejar huella.
Un abrazo.
P.D.: me alegro de que tu madre, esté mejorando.
Pues no sé si por sincronicidad, pero... abrí al azar el libro de Cernuda y me encontré con ese poema, titulado "El Nombre".
ResponderEliminarSe puede decir que, efectivamente, siempre hay unas letras especialmente acertadas, y en este caso las letras se me presentaron, como por arte de magia.
Otro abrazo, amiga hada.
Amigo Antonio:
ResponderEliminarEstá claro que nada pasa por casualidad.
Gracias de nuevo y un abrazo.
Hay huellas...
ResponderEliminarEs de los textos más bellos que te he leido...maravilloso.
Un abrazo cielo :)
Tonet:
ResponderEliminarSí, sí las hay. Y definitivas.
Muchas gracias, preciosa.
Nunca pensé tan cercano otro momento crucial de insomnio y desgarro. Otro momento de ausencia adolorida en el adiós irrevocable e irreductible.
ResponderEliminarDejadme llorar
romperme de una vez
y caminar de nuevo
descalza por las horas cristales
que a mí me pertenecen...
dejad que me desarme
por si puedo encajar en mí
este puzle
o arrojar sin clemencia
los sobrantes
a las horas hambrientas de leyendas.
Luisa:
ResponderEliminarNo diré que es casualidad. Abrí tu mail en el momento justo, gracias por enviarlo y por esos bellos versos, que me acompañan.
Un abrazo grande.
(croack)
ResponderEliminar;-)
ResponderEliminarMua!
¿?
Escuchando Secret Garden empiezo a pensar si la vida nos empuja a saber manejar ausencias.
ResponderEliminarUn abrazo!
Querido Gabi:
ResponderEliminarQue remedio...
Gracias por tu abrazo.
Entrada conmovedora!
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Asta.
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